Cap. 18

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Llegó la mañana, el sol salió y todo ya había pasado. Gloria seguía un poco dormida, así que con cuidado me levanté, le puse una almohada para que no estuviera tan incómoda y dejé que siguiera durmiendo.
Salí para observar cómo estaba todo afuera, habían algunos pequeños charcos pero casi todo el campo había secado por arte de magia. En eso, la escuché despertar

Gloria: Elena... ¿Qué hora es? 

Elena: Al rededor de las seis, ¿Por qué preguntas? 

Gloria: ¡¿Las seis?! ¡Se me hizo tarde! 

Se levantó de un salto y se dirigió a la puerta 

Gloria: Si me hubiera despertado antes pasaría más tiempo contigo, pero no puedo 

Elena: Tranquila, en otro momento nos veremos 

Gloria: Hasta luego- 

Elena: ¿Perdón? Sola no vas a ningún lado 

Me dirigió una sonrisa dulce. Salimos en dirección al castillo, a paso rápido y sin parar, llegamos en muy poco tiempo 

Gloria: Y aquí nos separamos, sabes... Fue muy lindo pasar la noche contigo 

Elena: Opino lo mismo, ignorando el pequeño problema - Me reí mientras tomaba sus manos 

Gloria: Mejor olvidemos eso, ¿Si? 

Elena: Como usted lo ordene, princesa 

Lentamente nos fuimos acercando y, sin interrupciones, nos besamos bajo aquella lluvia de hojas y pequeños rayos de sol que pasaban por aquellas ramas. 

Gloria: Ve con cuidado, ¿Si? 

Elena: y tú cuídate de esos locos 

Me guiñó un ojo y me dio un beso en la mejilla, caminó hacia su entrada secreta y sin ningún tipo de problema entró en el castillo. Yo me dí la vuelta y volví a casa. 

Desayuné rápido y me alisté para ir a mis trabajos como de costumbre, tratando de concentrarme en mi trabajo pero los recuerdos me distraían, Gustavo, mi único amigo, notó esto 

Gustavo: Hey Elena, ¿Por qué tan distraída? 

Elena: Por nada en especial 

Gustavo: Si claro, se bien cuando algo escondes, vamos, cuéntame - Me dio un pequeño empujón al hombro en broma - ¿Es alguna chica? Dime, ¿Es linda? O ya sé, ¿Janis, cierto? La vi caminando por el pueblo 

Elena: También la vi, y no, no es por ella 

Gustavo: ¡¿Entonces quién?! Vamos Elena, no me dejes con la duda 

Elena: Calma niño, cuando estemos libres hablamos, ahora andan los patrones controlando todo 

Gustavo: Esta bien, pero luego quiero lujo de detalles 

Elena: Si si, ahora vuelve antes de que te vean 

Soltamos unas carcajadas y volvimos al trabajo. 

Lo conocí en este pueblo, el venía del mismo lugar que yo y también conocía a Janis, eran conocidos pero el sabía como era ella. Cuando nos conocimos y tomamos confianza le conté todo lo que me había pasado y me apoyó, desde que lo conocí siempre fue una persona muy amable, dispuesto a escucharte si era necesario y ayudarte si tenía las herramientas a su alcance. Nunca le había contado nada sobre Gloria, supongo que pensé que si le contaba el me delataría con los reyes, aunque confío lo suficiente en el para saber que sería incapaz de traicionarme, ¿Verdad? 

Al terminar todos mis labores, el sol comenzaba a esconderse lentamente. Caminaba como de costumbre hacia el bosque para ir a casa cuando alguien comenzó a llamarme

Janis: ¡Elena espera!  

Me dí la vuelta y seguí caminando, ignorándola por completo. Alguien me tiró de la mano 

Janis: Elena, ¿Podrías no ignorarme, por favor?  

Elena: ¿Y tú podrías dejarme sola? - Hice que soltara mi mano de forma brusca 

Janis: Ahora dices eso, pero bien que ayer a la noche fuiste tú quien- 

Elena: Sí ya lo sé, y no pienso repetirlo 

Janis: Y ahí estas otra vez, ¿Por qué niegas lo que sientes? 

Elena: No niego lo que siento, no siento nada ni mucho menos por ti 

Janis: ¿Entonces porqué me besaste ayer? 

Elena: Porque si Janis, no sabía que hacía y listo, no quiero que me hables nunca más 

Janis: Has lo que quieras Elena, te conozco bien, siempre vuelves por más que tardes años 

Me dí la vuelta y continué con mi camino, estaba enojada con ella y no quería ni escucharla.

Al llegar a casa, me encontré con una nota bajo la puerta 

"𝑀𝑒 𝑒𝓃𝒸𝒶𝓃𝓉𝒶𝓇í𝒶 𝓋𝑒𝓇𝓉𝑒 𝒽𝑜𝓎 𝓅𝑜𝓇 𝓈𝑒𝑔𝓊𝓃𝒹𝒶 𝓋𝑒𝓏, 𝓅𝑒𝓇𝑜 𝓃𝑜 𝓅𝑜𝒹𝓇é 𝓈𝒶𝓁𝒾𝓇, 𝑒𝓈𝓅𝑒𝓇𝑜 𝓆𝓊𝑒 𝓃𝑜𝓈 𝓋𝑒𝒶𝓂𝑜𝓈 𝑒𝓃 𝑜𝓉𝓇𝑜 𝓂𝑜𝓂𝑒𝓃𝓉𝑜 𝓎 𝑒𝓃 𝓁𝑜 𝓅𝑜𝓈𝒾𝒷𝓁𝑒, 𝓇𝑒𝓅𝑒𝓉𝒾𝓇 𝓁𝑜 𝓆𝓊𝑒 𝒽𝒾𝒸𝒾𝓂𝑜𝓈 𝑒𝓃 𝓁𝒶 𝓂𝒶ñ𝒶𝓃𝒶 ♡"

Sabía quien era y estaba feliz de recibir una carta de ella, dejé todas mis cosas en el sofá junto con la carta y fui a bañarme. Comí algo y decidí que era mi turno de enviarle una carta. 

La noche había llegado y yo seguía escribiendo, varias ideas que no me gustaban y, por culpa de mi perfeccionismo, no obtenía nada. 

☆𝒞ó𝓂𝑜 𝓁𝒶𝓈 𝒻𝓁𝑜𝓇𝑒𝓈, 𝒞ó𝓂𝑜 𝓉𝓊𝓈 𝒸𝒶𝓇𝓉𝒶𝓈...✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora