Capítulo XI: Tormento.

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Narrador de Moon Byul.

Me desperté lentamente, abriendo los ojos con cuidado y viendo la habitación un poco más iluminada de lo habitual.
Me giré para tomar mi teléfono de la cómoda, presionando mi cabeza debido al dolor de la resaca. Era casi la una de la tarde.

—Mierda... —hundí mi cara en la almohada y dejé mi teléfono en su lugar.

Me sentía fatal, no sólo físicamente, sino también emocionalmente.
Lo que había pasado la noche de ayer no dejaba de merodear por mi cabeza:

Flashback.

Saqué mi teléfono para revisar de quién era la llamada y vi que era de Seulgi.

—¿Qué sucede, Kang? —respondí.

Hace unos instantes que las había perdido de vista, habían bajado a la pista y yo me había quedado en la segunda planta para verlas, pero después las perdí, así que decidí bajar y acercarme a la barra.

—Moon, ya nos vamos del lugar, vete a otro lado lejos de la barra —contestó.

—Okay —respondí.

—Nos vemos, Moon, gracias, en verdad muchas gracias.

Sonreí.

—No hay de qué —le dije.

Escuché una risita de Seulgi y después colgó la llamada.
Me terminé mi trago, pagué y me levanté para irme.

Me moví entre la gente, esperaría un poco lejos de la entrada para que no me vieran. Fue difícil pasar entre la multitud sin ser pisado, empujado o hasta tocado en sabe qué donde.

Cuando iba pasando alguien se estrelló contra mí, me giré molesta para encarar a esa persona, pero vi que era esa melena rubia.

—¿Solar?

Se veía increíblemente sexy en ese vestido negro, seguramente había bebido pues comenzó a recorrerme con sus manos y a mirarme de pies a cabeza, no me quejé de esto, pues yo estaba haciendo lo mismo con ella. Después, la invité a bailar.

Cantábamos muy cerca de la boca de la otra, y estaría mintiendo si decía que no me estaba muriendo por besarla, pero al parecer, no era la única con ese deseo.

Solar tomó mi cara entre sus manos, y me besó.
Dios... hubo algo especial en ese beso, o tal vez fue eso lo que yo sentí, subí de tono la cosa y Solar no se opuso a nada.

Nos separamos cuando terminó la canción, ambas estábamos respirando pesadamente y mirándonos con intensidad; Solar tenía una enorme sonrisa en su rostro, junto con un brillo en sus ojos que me indicaba que el beso le había gustado, aunque esperaba que no sólo fuera el beso el que le gustó, sino también yo.

Pero.

La expresión de Solar cambió, ahora parecía aturdida y cómo si se hubiera dado cuenta de algo.

—Solar, ¿estás bien? ¡¿Solar?!

—Lo siento —fue lo que me dijo antes de irse.

Fui detrás de ella, llamándola, pero la perdí, me froté el cuello con desesperación y maldije por haberla perdido.

Intenté pasar otra vez entre la multitud, pero era difícil ir en una sola dirección; llegué hasta la puerta y no la encontré, fui al baño, pero tampoco había ningún rastro suyo.

Regresé a la barra, encendí mi cigarrillo y me puse a fumar. También pedí dos botellas de vodka, y después me fui de ahí.

Fin del flashback.

Código de acceso a tu corazón | MoonSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora