7. Bracken

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Su espalda se encuentra apoyada sobre el áspero tronco del arciano, sus dedos acarician el pétalo de un lirio amarillo, comprobando su suavidad. Su mente es un gran caos, sus emociones se mantienen entrelazadas entre sí, creando un torbellino de sensaciones en su interior. Se siente feliz, mas a la vez confundido y preocupado. Incluso algo enojado, diría. Escucha el rumor de las voces y pasos de la servidumbre y sus familiares, mas en ningún momento levanta la vista, demasiado concentrado en la flor entre sus manos. Maldice internamente a su propia mente, pues parece no darle tregua, desde el instante en el que tuvo aquella conversación con Aeron, no ha podido dejar de pensar en él y en su sonrisa.

-¿Te encuentras bien?-pregunta su prima Alysanne en cuanto lo ve.

Con dificultad, aparta la vista del lirio y observa a la muchacha, quien con expresión preocupada aguarda por su respuesta.-Perfectamente, ¿qué te hace pensar lo contrario?

-Estás muy distraído. ¿Ha ocurrido algo?

-No, nada importante.

-Davos, puedes contármelo. Juro que no se lo diré a nadie.

Davos la observa por unos instantes, pensando en qué hacer a continuación. Alysanne siempre ha cumplido sus promesas, y ha sido su cómplice muchas veces antes, siempre han tenido una buena relación pese a lo distinto de sus caracteres, han crecido juntos y la considera su hermana mayor. Entonces, podría confiarle esto, pero por algún motivo, siente que no debe, que ha de guardarlo en secreto, aunque ni siquiera comprende el porqué. Alysanne nunca ha mostrado verdadera aversión hacia los Bracken, incluso cuando ayer supo que se había golpeado con Aeron, ella enfureció y se mostró muy decepcionada por su actitud.

-No es nada, de verdad. Aly, no insistas más.

-Sé que no. A ti te pasa algo, hace días has estado actuando raro. Te pasas el día en el patio, con aire melancólico, cosa que no es para nada habitual en ti.

-Bueno, antes siempre estabas quejándote por mi actitud, ¿ahora quieres que vuelva a ser como antes?

-Cierto, pero al fin y al cabo, me había acostumbrado a tus bromas. Y has cambiado drásticamente de la noche a la mañana, ha de haber un motivo.

-Simplemente he madurado.

-¿Madurar? yo no diría eso, sigues siendo como un niño, ¡tan sólo mira lo que ocurrió ayer con ese muchacho Bracken!

-Aly, déjame en paz.-rueda los ojos cuando nota a su prima sentarse al lado de él sobre las hojas secas.-Te digo que no me pasa nada, no puedes ser tan insistente.

-Davos... sólo quiero ayudarte. ¿Acaso ese Bracken ha hecho algo que te haya puesto de este modo?

-¡No! esto no tiene nada que ver con él.

-"Esto" ¡entonces sí que ocurre algo!

Aparta la mirada de inmediato, apretando fuertemente los puños al haberse visto descubierto de una forma tan patética. Jamás ha sido un buen mentiroso, y eso ha quedado demostrado en ese momento. Alysanne siempre ha sido mucho más perspicaz que él, era sólo cuestión de tiempo que algo como esto sucediera.
Trata de retractarse, huir, pero eso lo haría aún más evidente. Es obvio que le sucede algo, y que el responsable es Aeron. Lo maldice internamente por el caos que ha causado en él, lo cierto es que no hay un sólo día en que no haya pensado en su bonito rostro o en su arrogante personalidad. Mas decir que un Bracken lo está volviendo loco y ni siquiera comprende la razón, sería una locura, un suicidio.

-No quiero hablar sobre ello.

Finalmente ella suspira, rendida.-De acuerdo, pero espero que sepas que puedes confiarme cualquier cosa, y cuando te sientas listo, cuéntamelo, te escucharé y mantendré tu secreto.

Enredador | Davron Donde viven las historias. Descúbrelo ahora