13. Un Plan

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Davos sabe lo que conlleva ser un Blackwood, conoce a lo que se enfrenta y siempre lo ha aceptado con honor. El hecho de convertirse en futuro señor de su casa es algo con lo que, de niño, soñaba despierto. Imaginaba la grandeza, el poder, las tardes en importantes reuniones con otros señores de las casas vecinas, —excluyendo a los Bracken, por supuesto—, allí podría hacer todas las travesuras que quisiera sin preocuparse por recibir ningún tipo de castigo. Pero esa perspectiva cambió cuando se percató de que estaba enamorado.

En esos instantes, quiso morir. El hecho de que un chico, que por si fuera poco se trataba de un Bracken, fuera su amor imposible es algo de lo que, incluso hoy en dia, no se siente para nada orgulloso, mas, ¿qué podía hacer él? alejó a Aeron, pasaron los años, y nada había cambiado. Lo único diferente era él mismo. Él nació insubordinado, siempre opuesto a acatar las órdenes de su padre, mas Aeron lo cambió en un abrir y cerrar de ojos, en tan poco tiempo, si Aeron le decía rana, él saltaba, si le decía que callara, él lo hacía sin rechistar. E incluso con los años eso no logró cambiar, sigue siendo rebelde con el resto de la gente, excepto con su amado.

Pues Aeron le había dicho que se encontraran al anochecer en el mismo lugar que ayer y eso es justo cuándo y dónde lo esperará, incluso se habría colado en el mismísimo castillo de la familia Bracken si Aeron se lo hubiera pedido, aunque eso hubiese significado una muerte segura, una traición hacia los Blackwood. Está más que dispuesto a traicionar todo para lo que fue criado por él, incluso a sí mismo, y no le importaría para nada. Aunque si busca hacer las cosas bien en esta segunda oportunidad, tendrá que encontrar un buen cómplice, alguien en quien pueda confiar, para así asegurarse de mantener esto en el más estricto de los secretos. Y sabe perfectamente quién es la persona indicada para ello.

Al tocar la puerta de sus aposentos, una de sus muchas damas de compañía abre, invitándolo a adentrarse. Observa a la joven siendo peinada por sus damas de forma delicada, mientras hablan de "cosas de damas", conversaciones en las que él está terminantemente excluido. Carraspea para hacer notar su presencia, y entonces habla.—Aly, prima, quisiera hablar contigo. A solas.

Alysanne lo observa por unos segundos, y entonces pide a sus damas que se retiren, dejándola a solas con Davos.—¿Qué ocurre, Davos, por qué no has esperado a que baje a desayunar?

—Es algo importante, y no sabría en qué otro momento podríamos estar a solas.

—De acuerdo... te escucho, ¿qué sucede, para qué necesitas hablar conmigo?

—No creerás con quién me he reencontrado, tras años.—Alysanne parece pensarlo por unos instantes, y pronto su expresión es sorpresa pura, y una sonrisa nace en sus labios.—Aeron, ¿lo recuerdas?

—¡El niño bonito! ¡oh, cómo olvidarlo!

Frunce el ceño ligeramente. Había olvidado el pequeño e infantil "enamoramiento" de su prima por Aeron, la comprende, mas no puede apoyarla, y permitir que ella le arrebate la oportunidad.—El mismo. Lo que quería decirte es que vamos a vernos, en el bosque, justo en los límites de Raventree Hall y Seto de Piedra, al anochecer. Necesito que me cubras.

La incredulidad en el rostro de la joven llega a rozar lo cómico, pero pronto su expresión cambia, tornándose seria.—¿Cómo haré eso? deberemos buscar una buena razón para que salgas a esas horas sin levantar sospechas.

El desayuno tiene que esperar, pues ambos primos se mantienen un buen tiempo charlando en los aposentos de Alysanne, ideando un infalible plan.
Para cuando Samwell toca la puerta, harto de esperar, ya lo tienen todo listo.

[...]

Es tan sencillo convencerlos. Alysanne salió a entrenar con su arco en la tarde, como solía acostumbrar, dejando a propósito sus flechas perdidas por el bosque. Para cuando lo comunicó en la cena, fue sólo cuestión de segundos que le pidieran a él ir. Por supuesto, no iban a permitir que una dama como Alysanne vagara sola por el bosque al anochecer. Fue una gran excusa, aunque aquello no le aseguraba demasiado tiempo. Mas siempre podría inventarse cualquier conflicto con algún Bracken, o una noche de borrachera en un burdel cualquiera de los alrededores. Sea lo que sea, le creerían sin dudarlo, quizás no sea el favorito de todos como lo es Benjicot, pero es cierto que toda la familia Blackwood confía en él para absolutamente todo. Aunque es cierto que se compadece de su prima, la pobre ha tenido que aguantar una gran reprimenda por parte de su padre por su culpa.

Enredador | Davron Donde viven las historias. Descúbrelo ahora