18. Ante la Fe

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Fría es la noche, tenue es la luz, aquella que se infiltra entre las ventanas, tímida, dejando entrar tan sólo ingrávidos rayos de luna. Aeron mantiene su mirada en el cielo, apreciando aquella noche, la baja temperatura calando sus huesos. Los lirios se encuentran a la vera de su cama, en agua.

—¿Cómo explicará los lirios?—pregunta el maestre Gerry.

—Los lirios serán un obsequio de una de las sirvientas, la dulce y joven Elianna, por ejemplo.

—¿Y está seguro de que su familia creerá esa historia?

—Por supuesto, es bien sabido que Elianna es una muchacha de lo más compasiva, se ha apiadado de mí y ha marchado a recoger unos lirios para mí.
Será objeto de burla de Aegor y Aeryk, mas en el fondo, está claro que estarían celosos, ellos quisieran que Elianna tuviera las mismas atenciones con ellos.

El maestre sonríe, aguantando las ganas de reír ante esto último, sería indecoroso
mostrar alguna señal de burla hacia sus jóvenes señores. Continúa con su labor, limpiando e inspeccionando las heridas en la pálida piel de Aeron, no puede evitar arquear sus cejas, preocupado por el estado del muchacho, por todo lo que se está viviendo en Seto de Piedra en las últimas semanas.

—Últimamente su tío muestra una actitud extraña, luce estresado, más agresivo de lo habitual.

—Se nota, tan sólo mire como me ha dejado.—responde Aeron, con un deje de ironía en su voz, a Gerry parece no hacerle ninguna gracia su comentario.—Supongo que el fallecimiento de Nana ha sido un duro golpe para él, al fin y al cabo era su madre, quien le dió la vida.

—Por supuesto, el infortunado fallecimiento de mi Señora ha sido duro para todos en este lugar, pero... opino que hay algo más allá.

—¿Algo más? ¿cómo qué?

—Creo que se trata de usted, joven Aeron.

—¿De mí?—inquiere, lleno de incredulidad.—¿Acaso está usted insinuando que mi tío se encuentra tan decepcionado y molesto conmigo que ha afectado a su estado de ánimo?

—¡Oh, en absoluto! lamento que lo haya comprendido de ese modo. Tan sólo diría que su tío se encuentra preocupado por usted.

—¿Preocupado? ¿alguien que está "preocupado" haría esto?—señala sus propias heridas abiertas, irónico y comenzando a enojarse, ¿qué está diciendo ese hombre? ¿acaso está insinuando algo que él no logra comprender?

—Su tío tiene una manera para nada adecuada de demostrarlo, es cierto. Sus primos, los señores Aegor y Aeryk, son aquellos que buscan hacerle daño, mi Señor no sabe cómo detener las actitudes de sus vástagos, se siente culpable por haber sido tan negligente con ellos en su niñez, y ahora cree que, permitiéndoles hacer lo que quieran, podrá arreglar el daño que les ha causado.—Gerry lo mira a los ojos, y Aeron durante unos instantes, confía en la posibilidad de que aquello sea cierto, que su tío está tan asustado como él, sería sólo ese sentimiento en común lo que podría acercarle a la familia Bracken.—Pero, en el fondo, percibo que se encuentra completamente inquietado por lo que hacen con usted. Él podrá haberle llamado por sobrenombres, podrá haberle golpeado a modo de castigo, pero sé que le tiene un gran afecto, y espero que usted lo sepa también, pese a todo, usted es su único sobrino, una parte muy importante de su pequeña familia.

—No comparto su opinión, maestre. Mi tío podrá apreciarme por el linaje que compartimos, mas no siente simpatía alguna por mí. Ni él ni nadie de esta familia.

—No, muchacho, no diga esas cosas. Su familia le quiere, tan sólo se muestran reacios a demostrarlo por lo diferente que es a ellos.

—Comprendo que me quiera consolar, y se lo agradezco de corazón, mas no es necesario. Estoy bien, he aceptado que no encajo en esta familia, que no hay nada que pueda hacer para mantenerlos satisfechos conmigo por mucho que me esfuerce.

—Usted se convertirá en un gran hombre, alguien honorable, y su familia se encontrara a su lado, orgullosos de todo lo que ha logrado. No son simples palabras de consuelo, son lo que yo percibo en este lugar.

Aeron se esfuerza en sonreír.—Espero que tenga razón y pueda convertirme en  el hombre que aspiro a ser, mas si eso llegara a suceder, mi familia no estaría para nada orgullosa.

—La familia es familia incluso en las malas. Como ya he dicho, ellos le guardan un gran cariño que no son capaces de exhibir, mas estoy convencido de que, con el tiempo, lograrán hacerlo, y sin importar qué, ellos estarán conformes con cualquier vida que usted elija.

—Sabe que es mentira, pero se lo agradezco. Usted es un buen hombre, maestre Gerry, le voy a extrañar.

—¿Me va a extrañar? ¿A qué se refiere, muchacho?

—Le extrañaré cuando me vaya de este lugar, esperemos que sea en poco tiempo.

—¡Por los Siete! ¡¿Qué sandeces está diciendo?! ¡no va a irse a ningún sitio, se va a recuperar!

—No hablo del Desconocido, maestre, sino de marchar a otro reino, huir.

—¿Huir? ¿usted quiere huir?

—Sí, lo quiero más que nada. Sólo así podré vivir tal y como quiero.

El maestre Gerry luce al borde de un ataque de nervios, una agravada psicosis que se va a apoderar de su mente. Sin embargo, se obliga a mantener la calma, recordándose las horas de la madrugada en la que se encuentran, con todos sus señores sumidos en un plácido y profundo sueño. Aeron también debería estar dormitando con la leche de amapola que tiene preparada para él, mas pensó que aquel era un buen momento para compartir sus inquietudes y pensamientos con el muchacho.

—¿Marchará con ese Blackwood?

—¿Blackwood?

—No soy un necio, he visto a ese muchacho entrar descaradamente en esta habitación, fue él quien le obsequió aquellas flores, ¿no?

Aeron supone que no tiene sentido seguir ocultando la verdad.—Así es.

—¿Qué se trae entre manos con él?

—El amor, maestre Gerry, puede surgir cuando uno menos se lo espera. Sé que es escandaloso lo que estoy diciendo, pero es la verdad. Estoy enamorado de un hombre, de un Blackwood. Y él también lo está de mí.

La expresión en el rostro del hombre le provoca un escalofrío, odia como lo observa, con los ojos muy abiertos, llenos de repulsión. Esa era la reacción esperada, completamente escandalizado, asqueado incluso.—¡No sabes lo que dices, niño!

—Lo sé muy bien, maestre.

Gerry niega una y otra vez con la cabeza, en un frenesí sinfín, su mirada cambia, parece que más que disgustado como hace apenas unos segundos, ahora se encuentra desasosegado, apiadándose de él.—¡Oh, pobre muchacho, deben ser los efectos de toda la leche de amapola que ha bebido! ¡o quizá esa alimaña Blackwood lo ha hechizado con alguna magia oscura de sus Dioses! ¡no tema, oraré por usted y los Siete serán misericordiosos con usted, y castigarán como crean más conveniente a ese sinvergüenza!

—Maestre Gerry, yo...—el hombre le interrumpe posando un dedo en sus labios, haciéndolo callar.

—Descanse, Aeron, duerma de una vez por todas, yo me haré cargo. Usted recuperará el sentido pronto y estará bien, no permitiré que ese Blackwood se salga con la suya.

Trata de protestar, mas cada una de sus palabras son interrumpidas una y otra vez por el maester, quien prefiere pensar que ha sido hechizado con magia negra antes de que ha traicionado a los Siete al enamorarse de un hombre, a su familia al haber caído ante un Blackwood. Y no puede culparlo, y en el fondo agradece que el hombre no haya creído su palabra, que pensara que estaba delirando antes de haber ido a acusarlo con su tío, aquello habría resultado fatal para él. Aunque no puede evitar que cierta incertidumbre y angustia se ciñan sobre él, preguntándose si la perspectiva del maestre puede resultar un grave problema para Davos y sus planes.





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