16 de septiembre
Querido David:
Este pazo me va a dar más trabajo de lo que pensaba en un principio. Después de traer parte de nuestras cosas y hacer una pequeña limpieza con la ayuda de Ángel, me puse a elaborar algunos muebles que pudiesen servir de estanterías, pues aunque en el edificio principal se conserva gran parte del mobiliario original, está bastante deteriorado y todavía no tengo ni el dinero ni la pericia necesarios para restaurarlos, y me urge colocar las cincuenta y siete cajas con los volúmenes más importantes de mi biblioteca.
Me gustaría llevar un ritmo más ágil, pero mi hija necesita también distraerse y tengo que prestarle atención. Todos los días salimos a caminar un rato, pues a los niños les conviene hacer ejercicio físico; también lee mucho y juega con lo que este entorno natural le ofrece. Sin embargo, no es suficiente. Ella no se queja, pero la muerte de Anne le está afectando, como es natural. Su carácter siempre fue reservado, pero desde entonces, Ana ha dejado de hablar. Quiero decir: no se ha vuelto muda, pues habla conmigo con la seriedad que ya acostumbraba, pero cuando hay alguna otra persona delante no dice ni una palabra. Hace unos días salió a pasear sola por el jardín, que estaba en un estado de abandono absoluto. Me pidió que la acompañara y me mostró una fuente que había descubierto en su pequeña excursión. Ella no la vio, pero dentro de la fuente había una víbora que se escondió en cuanto me acerqué a pisarla. Al día siguiente fuimos a la feria del lugar y compré una segadora y unas gallinas para mantener el jardín en condiciones. Después de varios días, hoy acabé de adecentarlo.
También compré un cachorro para que la niña se entretenga un poco. Parece que él sí es capaz de arrancarle alguna sonrisa.
La extensión de la finca es inmensa, casi cuarenta mil metros cuadrados, contando hasta la presa del río. No sé cómo seré capaz de mantener todo. Supongo que tendré que contratar a alguien, pero hasta que no me salga algún buen encargo, no tengo dinero suficiente. No obstante, creo que no podré renunciar a una asistenta para mantener la casa con las mínimas condiciones de higiene.
Espero que pronto puedas venir a hacernos una visita y, por qué no, echarnos una mano.
Un cordial saludo.
Lázaro
PD: Esta noche hay luna llena, y me cuesta dormir, así que te contaré una anécdota que no dejará de resultarte curiosa, a ti que tanto te gustan los misterios. En la fuente que descubrió Ana hay una estatua de un amorcillo orondo que parece temer entrar en el agua. Se conservan también las bases de otras tres estatuas. Supongo que, si no fueron expoliadas entre la guerra y el abandono, estarán ocultas por las inmensidades del pazo. Hoy encontré una escultura perfecta de una gallina, labrada en una piedra muy extraña, una piedra que yo antes no había visto, de un color perfectamente blanco con destellos dorados. No sé si será fácil de labrar esa piedra; muy dura no parece, pero me da pena tocarla y destrozar la gallina. No sé si será parte de las estatuas de la fuente o si será una obra independiente, pues la piedra es diferente de la de la escultura del pequeño cupido. Les he tomado fotografías. En cuanto las revele te las remito para que te diviertas haciendo cábalas.
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La fuente de la moura
ParanormalUn hombre de aspecto extraño llega a un inhóspito lugar con una niña de nueve años y un montón de cajas y maletas llenas de libros. Nadie sabe quiénes son, pero en los pueblos siempre hay un par de ojos dispuestos a acechar todos los movimientos del...