» Dónde, Gema Lancaster renace como una Diosa y no hay nadie que pueda detenerla »
( trilogía Pecados placenteros )
Crédito:' Eva Muñoz '
fanfic
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Capítulo 18. Loco celos de las bestias y Campaña de Waters.
Gema
—Señora Morgan, perdone mi atrevimiento, pero debo decir que usted se ve muy hermosa. — sonrío por las palabras de Rick James. Apunto hacia su rostro, admirando su dureza y sonrisa, no puedo negarlo los hombres mayores son mi jodida debilidad.
—Gracias por él alago señor James, ahora discúlpeme a mi pero usted se ve muy guapo — él no despega su rostro de mi escote y eso aumenta más mi sonrisa sabiendo que su esposa está cerca de nuestro contacto sin saber que su esposito me está echando el ojo.
—El rojo le queda de maravilla, verdad James?— la profunda voz, del ministro hace aparición.
—Sí, Alex. De eso no cabe duda.
—Gema, necesita entrar, Christopher te esta esperando en la entrada.
—Sí, claro. — dentro de mi sabe que es una vil mentira. Christopher esta con su tío Reece hablando sobre algo que no sé. Anda modo celoso Alex.
Me alejo de ambos hombres y camino llevándome las miradas largas. Debo decir que él rojo no es mi color favorito pero me queda de maravilla. Me acerco a Christopher y Reece, ambos parecían que estaban discutiendo.
—Christopher, amor.— Su rostro estaba serio, me acerco y me posiciono frente a él, llevando mi mano a su mejilla. — Reece que le hiciste a mi pequeño lobito
—¿Qué? — Contesta Reece a mi espalda. Se escuchaba incrédulo.
—Nena— Christopher rodea mi cintura y coloca su cabeza en mi pecho, donde deposito caricias en su cabello. Tanto Reece como alguna que otra persona que ve la situación, no entiende la actitud del coronel. —Reece me esta molestando.—me mira y su rostro marcado deja ver un puchero. Hasta yo me sorprendo. En mi vida anterior el nunca hizo o actuó de esa manera.
Me acomodó y sin darle una mirada a Reece, le hablo nuevamente.
—Reece, deja de molestar a mi esposo, por favor.
Reece Morgan
Ni una mirada, ni siquiera una caricia o una puta sonrisa. Desde hace tiempo ha estado evitandome, no pues me siento usado. Ya me probó y ya no quiere nada de mí. Ahora entiendo el desespero de Alex por tratar de llamar su atención. Esa morena es magnífica en todo los sentidos.
Desde que se fue con Christopher a no se a donde, miro hacia la dirección el cual se fueron en espera de que aparezca.
—Disculpe, señor Morgan.
—Waters.
—¿Sabe donde se encuentra la señorita Lancaster? Es que deseo que cante una canción, su voz es magnífica. —Sus ojos destilan ese brillo de deseo, en cuanto hizo mención de Gema. No me gusta, no me agrada para nada esa mierda.
