ODILE

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Uno de los personajes del Lago de los Cisnes es Odile, una joven tan bella que solo se podía equiparar por su maldad. Para todos es la villana, una maldita que engaña y le roba el amor del príncipe a Odette, pero quizá ella también era una víctima de Rothbart, otra más de sus marionetas.

La noche estaba agitada, un montón de chicos ricos habían llegado al club a festejar el cumpleaños de alguno de ellos por lo que ninguna de las cinco había dejado de ir y venir entre las mesas.

Podía ver el cansancio en los rostros de Mikasa y Sasha, solo Pieck parecía encantada con esos juniors que usaban su cuerpo para beber alcohol e inhalar coca, muy a lo Lobo de Wallstreet si me lo preguntan.

-Oye linda, ¿porqué esa cara? - la voz de uno de los niños ricos me saco del trance - pareces aburrida - ronroneo en mi pecho - bebe un poco.

- Gracias cielo, pero no bebo en el trabajo - le sonreí. Me aleje un poco al sentir su aliento alcohólico golpear mis fosas nasales.

- Solo un tragos - acercó la botella de champán.

- Enserió amor - sonreí más incomoda. No es que no me gustará el alcohol, de hecho gracias a él había aprendido de bebidas y vinos, pero este trabajo es mejor hacerlo sobria.

- Solo uno - senti su mano sujetar mi cabeza para inclinarla hacia atrás.

Entre el forcejeo el mocoso tiro la champán sobre mi ropa.

Maldito imbécil.

El tipo comenzó a reírse junto a otro que había visto todo el teatrito de su amigo.

-Pero que idiota - murmuro el niño rico a la par que me empujaba.

-¿Todo en orden? - por primera vez me alegre de oír la voz de Yelena.

- Si - murmure - iré a cambiarme - me levante del asiento.

- Oye linda a dónde vas - grito - puedo ayudarte con tu ropa - soltó risas que me quemaban la piel, de poder le habría roto la botella en la cabeza.

Aproveche el accidente para darme un respiro. Me sentía cansada física y mentalmente, los días se me hacían eternos y más pesados. Muy pocas me hacían sentir bien últimamente, siendo Will la primera y esos mensajes con Reiner, a quien no había visto desde la semana pasada.

Quizá era lo mejor, que se alejara un poco, así al menos Yelena no estaría jodiendo como de costumbre.

Aleje mis dolientes pensamientos retocando mi maquillaje y buscando otro traje. Me puse un traje que daba el aire al vestido de una princesa, claro con el escote que corresponde para una prostituta pero me gustaba, las mangas abombada, los pliegues en la pequeña falda y ese corsé en la cintura. Era de un tono azul ligero con algunos detalles en dorado.

-¿Por qué demonios tardas tanto? - vi a la enorme rubia entrar al camerino - hay clientes y tu perdiendo el tiempo.

- Relájate, ya termine - no me amedrento con esa mirada de loca - además solo están esos idiotas. Si el bastardo vuelve a tirarme alcohol encima quiero que lo saques.

- Tu no me das órdenes.

- Pero conozco a quien si - sonreí. Algo bueno debía haber en todo esto.

- Ya veremos si te dura la sonrisa - Sentí un aire helado al oírla - te esperan en la sala uno - me dio la tarjeta dorada y salió con un semblante más alegre que de costumbre, si así le puedo llamar.

De seguro la maldita me mando al privado con el idiota de la champán.

Con movimientos lentos me encamine a mi destino.

Odette | Reiner BraunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora