PENA

22 4 0
                                    

- Historia, creo que no es el mejor momento. Acaba de despertar - susurro Reiner.


- Lo sé - los ojos de Crista o como se llame se clavaron en los míos - lo siento Odette, sé que has pasado por mucho pero no podemos perder tiempo - se acercó a mi cama - supongo que te debemos una explicación.


Con ayuda de Sasha me acomode de vuelta en la cama. No quería oírla, no me importa su explicación, no me interesa nada realmente.


-Primero voy a presentarme. Soy la agente Historia Reis, trabajo para el FBI. Ya conoces a mi compañero, el agente Braun. - mis ojos se movieron hacia la figura del rubio - Hemos buscado detener a Erwin Smith por más de doce meses. Iniciamos la investigación cuando detuvimos a Willy Tybur hace año y medio por trafico de armas y encubrimiento. Tybur tenia poder político gracias a los favores que algunos funcionarios le debían, también lavado de dinero y falsificación de documentos, es ahí donde descubrimos entre su lista de "socios" a Smith, él hacia los grandes los movimientos de dinero y participaba activamente en el trafico de armas pero no fue hasta que encontramos el cuerpo de una chica llamada Hitch que pudimos darnos cuenta que Erwin se dedicaba a la trata de blancas. Gracias a un informante supimos del club.


¿informante? ¿Quién pudo ser capaz de traicionarlo? Los hombres que trabajaban para él eran leales, Erwin tiene una habilidad con las personas.


-Llegar a él fue muy difícil. Es un hombre astuto y claramente no aceptaría empleados nuevos, ni muchos menos un socio nuevo. Después de lo de Tybur, se volvió mas precavido y oculto mejor su rastro. Así que solo nos quedó una alternativa.


- Trabajo encubierto - murmure.


Había visto varias películas y series policiacas. En muchas usaban ese recurso del trabajo encubierto, aunque nunca imagine que realmente funcionará.


- Si - sonrío la mujer - Yelena me ayudo a entrar - la imagen de la rubia tirada en el piso vino a mi.


- ¿Yelena?


- Si, tal parece que ya estaba harta de trabajar para Erwin, ella era nuestro contacto. Claro que no lo hacía gratis - típico de ella pensé - pero ahora sin nuestro testigo potencial temo que tenemos que recurrir a ustedes - sentí que su mirada se intensificaba - tu mejor que nadie lo conoce, sabes quién es, lo que ha hecho. Necesito que atestigües contra él.


El cuarto se volvió aún más pequeño. El aire parecía salir de mis pulmones pero no entraba.


-No - negué - nunca supe de sus negocios.


Y era verdad, él nunca me hablo de eso ni me dejaba saber más de lo que necesitaba.


- No necesitamos que hables de lo demás, solo de lo que te hizo. Sé que tienes miedo pero te prometo que vamos a protegerte - la rubia se acercó aun más - Erwin Smith ya no va a lastimarte pero necesitamos que nos ayudes a detenerlo.


- No puedo hacerlo - mi cuerpo se sentía helado - no puedo hacerle eso - ¿Cómo demonios me pedía algo así? ¿Acaso esta loca? - No saben lo que están tratando de hacer. Él no... no ira a la cárcel, es muy listo, sabrá defenderse. Yo no puedo, no puedo traicionarlo.


- Si puedes, eres más fuerte de lo que crees. Tu me apoyaste cuando llegué, te preocupabas por mi, vi como ustedes cuatro se cuidaban entre sí. - su mano alcanzó la mía - estas asustada, lo entiendo no es para menos, viviste un infierno con él, pero ni Reiner ni yo dejaremos que te vuelva a tocar. A ninguna de ustedes.


- No. No puedo.


- Mikasa y Sahsa testificaran - mis ojos buscaron a la castaña que solo bajo la vista - pero tu lo conoces mejor que ellas. Odette, él tiene que pagar por lo que te hizo.


- Es el padre de mi hijo.


No podía traicionarlo, no solo porque tuviera miedo. Una parte de mi aun se aferraba a su amor, a sus besos, sus caricias. Una maldita parte de mi seguía aferrada a Erwin, era más fuerte que mi voluntad, más fuerte que lo que pudiera sentir por otra persona.


Sabía que lo que hacía Erwin estaba mal, lo supe desde la primera vez que obligó a estar con sus socios para cerrar un trato y lo reafirme cuando vi el cuerpo de esa chica. Pero a pesar de eso simplemente no podía ir en contra de él.


Erwin Smith era el sol y yo un simple y pequeño planeta que giraba a su alrededor una y otra vez atrapada por su magnetismo.


-Esta bien - los ojos azules de Crista se volvieron más fríos - entonces tendré que pedirle a la fiscal que te obligue a subir al estrado. No voy a permitir que ese hombre salga y vuelva a lastimar a otras personas, si tu no quieres ayudarte Odette, tendré que obligarte a hacerlo, así tenga que llevarte a rastras a la audiencia.


- ¡Basta agente Reis! - la voz de Reiner resonó en la habitación.


- Tu mejor que nadie sabe que necesitamos su testimonio - gruño.


- ¡Salga ahora!


La mujer se alejo con pasos rápidos, quizá ella era mucho más baja que Reiner pero ahora se veía tan intimidante como él.


-Regresare mañana señora Harrison - murmuro antes de cerrar la puerta tras de si.


-Lo siento Odette. No debió hablarte así, esta estresada han sido días difíciles - la mirada del rubio era cálida, igual que siempre y ese frío que se había alojado en mi cuerpo pareció irse de apoco - es verdad que hemos trabajado mucho tiempo en este caso y tu testimonio es muy importante pero no dejaré que pases por algo así. A menos que tu quieras. - se acercó a la orilla de la cama - Me quedare afuera por si necesitan algo.


El hombre salió también, antes de cerrar la puerta vi que Crista permanecía afuera, se veía molesta.


-¿Estas bien? - Sasha por fin hablo.


- ¿Es verdad? - la mire.


- Si, Mikasa esta decidida. Queremos que Erwin pague por todo, aún no puedo creer que este pasando todo esto - suspiro - los últimos días he despertado creyendo que seguimos en la casa de Muñecas. Tengo miedo al igual que tú pero... - sus ojos me buscaron - ya tome malas decisiones en mi vida, no quiero que esta sea una de esas.


- ¿Qué hay de Pieck?


- Ella no quiere hablar, esta alterada porque ya no tendrá quien le dé sus drogas. Mikasa pidió ayuda a Historia para internarla en una clínica de rehabilitación. - la mire atenta - irán por ella en un par de días.


La vida que conocía ya no existía, todo se estaba desmoronando. Sé que no era una buena vida pero era lo único que conocía, lo único que tenía. Yo no era nada antes de Erwin, y ahora, sin él yo volví a la nada.


-Sasha, quisiera estar sola.


- Entiendo - acaricio mi cabeza - me voy pero te prometo que regresare mañana. Ahora descansa. Sé que son muchas cosas las que tienes que procesar pero por ahora no pienses en nada más que en recuperarte - sonrío - y por favor tienes que comer todo lo que te traigan los doctores.


- Si - trate de sonreír.


La castaña salió del cuarto, apenas cerró la puerta tras de si y de nueva cuenta las lagrimas cayeron de mis ojos.


Era tan patética, solo podía llorar, era lo único que hacía desde que vivía en casa.


- Casa... - murmure.


Recuerdos de mi niñez iban y venían, se mezclaban con mi vida junto a él. Y ambas dolían mucho más que los golpes en el cuerpo.


Llore por lo tonta e inútil que era.


Llore porque el amor de mi vida me rompió de todas las formas en que se puede romper a una persona.


Llore porque Richard tenía razón, no era más que una chiquilla tonta y fracasada.


Llore hasta que en algún punto me quede dormida.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 17 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Odette | Reiner BraunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora