CAPITULO 15

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Patricia Armstrong

- ¿Y a qué hora piensas regresar, Rebecca Patricia Armstrong? Porque este lugar no es un hotel para que puedas llegar a la hora que quieras.

Me giro para mirar a Heng que está de pie en la puerta del apartamento de Saint, con los brazos cruzados.

-Primero, sabes que casi nadie me llama Rebecca, todos me conocen por patricia. Y segundo, tengo mi propio apartamento, no vivo aquí.

Realmente no pensé que tendría para un apartamento después de comprar el edificio para la estación radial, pero aquel lugar prácticamente nos salió de regalo y eso me permitió hacer negocio para un loft que encontré cerca y del cual me enamoré.

Heng parece indignado con mi respuesta.

-La osadía.

-Solo voy a cenar con Sarocha no a unirme a una secta, y ya debería irme, ella dijo que cocinaría la cena y no quiero llegar tarde.

Eso llama la atención de Yuki que estaba leyendo en el sofá, la veo bajar el libro y sentarse erguida.

- ¿Acabas de decir que mi hermana Sarocha va a cocinar?

-Sí.

-Oh, Patricia. No, no, no. No puedes comer lo que ella te dé.

Se levanta del sofá, dejando caer el libro en su camino hacia mí y pone sus manos en mis hombros con una mirada sería.

-Escucha, amo a mi hermana y es una cantante muy talentosa, pero una terrible cocinera. Lo digo en serio. Es terrible.

-No creo que sea tan malo.

-No, tienes razón, es peor que eso.

Heng murmura entre dientes que debe ser cosa de familia a excepción de Nam.

-Aunque odio decirlo, Heng tiene razón.

-Espera, ¿Qué acabas de decir? ¡Dijiste que tengo razón!

-Sí, Heng-responde Yuki-, pero también lo tiene un reloj dañado dos veces al día. Así que no hagas tanto escándalo.

A veces pienso que disfrutan el pelearse entre ellos.

-Rezaré por ti, aunque vas a necesitar más que una oración.

Veo a Heng asentir de acuerdo con Yuki.

-Te apostamos cien dólares a qué terminas con una intoxicación alimenticia-me dice Heng.

Veo a Yuki sonreír y decir que, si sucede antes de las ocho, será doble.

- ¿Aceptas? -me pregunta ella.

Los miro mitad indignada y mitad ofendida.

-Acepto.

Termino de tomar mis cosas y me dirijo hacia la puerta para ir al Pent- house de Sarocha.

Llego al último piso y las puertas se abren directamente en el pent- house de Sarocha, es un ascensor diferente al que tomé la primera vez que vine aquí. Ahora, ella me ha dado pase libre para que pueda venir cuando quiera.

El lugar es hermoso, todo blanco y moderno, con toques de negro y lleno de cuadros de diferentes artistas, pero con una temática similar. También hay plantas esparcidas por varias áreas que alegran un poco el lugar.

Al sentir mi presencia, Sarocha se da vuelta con una espátula en una mano y algo parecido a queso en la otra.

-Pat, llegas justo a tiempo. Ven aquí.

¿QUE HUBIERA PASADO SI...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora