CAPITULO 11

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Sarocha Chankimha

Hago una lista mental de cualquier agravio que Aon Jirawat pueda utilizar en mi contra para poder guardarlos bajo llave y evitar muestras de falta de control o vulnerabilidad antes de entrar al edificio de Moon Récords, dónde él y su equipo me están esperando.

1. Me "descubrió" como cantante cuando yo tenía trece años e invirtió en mi cuando nadie más iba hacerlo.

2. Que hay mejores cantantes que yo en las que él podría invertir su tiempo y dinero.

3. El poder que tiene sobre mí y mi música. Cada paso que doy, es controlado por él.

4. Que no tengo el talento suficiente y sin mi cara bonita, no hubiera llegado muy lejos. Y que al final nada de lo que haga será suficiente.

5. Siempre siendo juzgada por mis errores pasados a pesar que he aprendido de ellos y era solo una jovencita cuando los cometí.

6. Que estoy sola en este medio y que siempre lo estaré.

7. Mi madre.

Me repito la lista una y otra vez en mi cabeza antes de entrar al edificio y ser recibida por la asistente de él, que me lleva hasta el ascensor privado y nos dirige hasta su oficina.

-El señor Bauer la está esperando.

El sabor de mi boca se vuelve amargo, atrás quedó el dulce sabor de las magdalenas y mi estómago se revuelve al entender que voy a estar a solas con él en su oficina.

E incluso aunque no quiero, no hay mucho que pueda hacer. Todo lo que me queda es esperar a que mi contrato termine. 

Solo dos años más y seré libre-me recuerdo. 

He estado pensando en que cuando ese momento llegue, me voy a retirar de la música, salir de esto bajo mis términos. Porque estoy segura que Bauer no estará feliz con perderme como artista de su disquera y hará todo lo posible para destruir mi carrera.

En dos años, una vez que el contrato finalice, seré solo otra estrella quemada con una reputación arruinada y dudo que haya una disquera que quiera invertir en mí e incluso sí lo hiciera todo por mi cuenta, el poder que él tiene en este medio es... No, no voy a luchar contra él, estoy cansada de luchar.

-Gracias-le digo a la asistente y entro a la oficina.

Me está esperando y odia esperar.

Me siento en la silla frente a su imponente escritorio y evito mirar alrededor, porque sé que no hay nadie. Estamos solos los dos.

Sonríe cuando me ve y se levanta de su sillón. Es un hombre alto, de hombros anchos y figura voluminosa. Es dos veces -tal vez incluso tres -, más grande que yo. Lo que le permite inmovilizarme con facilidad y es algo que ha hecho varias veces.

Demasiadas que he perdido la cuenta. Cuando eso sucede, lo único que hago es cerrar los ojos y fingir que todo eso le está sucediendo a alguien más. No a mí. Es más fácil lidiar con todo de esa manera.

-Te estaba esperando. Es muy mala educación de tu parte hacerme esperar por tanto tiempo. Cómo te he dicho, los negocios no esperan. Y tú, Sarocha, eres mi negocio.

Me mira de pies a cabeza y no puedo evitar sentirme enferma ante su sucia mirada.

Me perteneces-me recuerda cada vez que puede.

He tratado de evitar que suceda, de evitar que él me utilice una y otra vez a su antojo y conveniencia. Pero Aon es demasiado fuerte y es prácticamente dueño de mí y mi carrera. Y no importa lo mal que las cosas se pongan, no puedo sacrificar mi música y la carrera que he conseguido.

¿QUE HUBIERA PASADO SI...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora