De todos los animales de la creación el hombre es el único que bebe sin tener sed, come sin tener hambre y habla sin tener nada que decir (John Steinbeck)
Kate:
Me quedé tiesa en mi sitio, con los ojos clavados en el suelo, mientras ellos hablaban. Pero cuando él se volvió hacia mí, hablé rápidamente, como si tratara de evitar que dijera algo más.
—No eres feo, de verdad. Cuando te Vi casi tuve un orgasmo —dije, con una sonrisa nerviosa. —Yo... yo te pagaré el auto. ¡No te preocupes por eso!
Pero él se quedó indiferente, con una expresión impasible en su rostro. Yo, por otro lado, temblaba ligeramente, como si estuviera tratando de contener mi nerviosismo.
—No me mates, soy muy hermosa para morir —Puse mis manos en mi rostro
Iba a morir, iba a morir bella, joven y millonaria sin disfrutar de la vida...¡y en manos de un hombre el cual ni siquiera me sé el nombre!
—¿Estás llorando? —preguntó finalmente, con una voz neutra.
Tragué saliva antes de responder. —Yo no lloro... solo que...me entró una luciérnaga en el ojo.
Si lloraba, pero si no lo decía lo haría menos vergonzoso
—¡Te juro que no soy una mala persona, no quería tratarte mal! —Se encogió de hombros indiferente y yo me resigno a mi muerte prematura. —No pensé que tuvieras el ego débil y te ibas a enfadar, lo juro por mi mamá....
—No estoy enfadado. —Dijo arrugando sus cejas
Asentí rápidamente, como si tratara de convencerme a mí misma de que todo estaba bien.
—¿Entonces por qué me miras así? —le pregunté, tratando de contener mi llanto.
—¿Así como qué? —me respondió, con una expresión de indiferencia.
—Con esa cara de "te voy a matar" —le dije, tratando de contener mis lágrimas para no arruinar mi maquillaje.
—No te preocupes, no te voy a matar. —me respondió, con una sonrisa sarcástica y el suspiro me salió del alma
Me sentí incómoda bajo su mirada, como si me estuviera desnudando con los ojos.
—¿Que me miras? no soy una ensalada— le espeté, cruzando los brazos sobre mi pecho.
Él se río, una risa baja y sarcástica que me hizo estremecer.
—No te preocupes, que lo que menos me gusta son las ensaladas —dijo, con una sonrisa burlona.
Me sentí molesta por su respuesta, y mi mente empezó a girar con pensamientos de él comiéndose un helado, lamiéndolo como lamió sus dientes con esa lengua...
Que Dios nos agarre confesadas
—Eres un cretino —le dije, apretando los dientes.
Él se encogió de hombros, como si no le importara lo que yo pensara de él.
—Tal vez, pero al menos no soy una cobarde — me respondió, prendiendo un cigarrillo
Me sentí ofendida por su comentario, mi corazón empezó a latir más rápido al ver cómo soltaba el humo entre sus labios.
—¿Y qué sabes tú de mí? —le pregunté, con una voz temblorosa.
Él se acercó a mí, con su rostro a solo unos centímetros del mío.
—Sé que acabas de llorar por miedo —me dijo, con una sonrisa burlona, su mano viajo a un mechón de mi cabello soltando el humo cerca de mis labios. —Y también sé que me excitas, Malysh
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Fragile Balance
RomanceFragil Balance: Donde el hielo se quiebra y el amor es un peligro En el mundo de la patinadora de hielo Kate Blackwood, la elegancia y la gracia esconden un oscuro secreto. Obsesionada con conquistar el corazón del enigmático jefe de la mafia rusa...