Ninguna persona merece tus lágrimas, y quien se las merezca no te hará llorar (Gabriel García Márquez)
Kate
El doctor, entró en la habitación con una carpeta en la mano. Me miró con una expresión seria y comenzó a hablar, pero yo ya sabía lo que iba a decir. Me levanté de la cama, quitándome los cables y máquinas que me rodeaban, debido al dolor que sentía en mi cabeza.
Apague y vámonos.
—Se lo que me van a decir — le dije al doctor, mientras me ponía de pie. —Y por eso voy a por mis cosas.
Mi cerebro me taladraba con los problemas que esto podía traer en el futuro. ¿Mi patinaje? ¿Mi salud? ¿Mi vida?
El doctor me miró con una expresión de preocupación, la misma que veía cada vez que estoy pasaba.
—Kate, debes escuchar...—Empezó y lo interrumpo levantando mi mano
No escucharlo hace que sea menos doloroso y por ello evito hablar del tema.
Yo no quería escuchar. No quiero saber de nuevo el porqué de la maldita debilidad que tengo.
—No le digas nada a nadie más. No quiero que nadie sepa lo que está pasando. —Ordene acomodando mi chaqueta, la venda haría que nadie preguntara y si lo hacían diría que fue un golpe
El doctor asintió, aunque parecía dudoso.
—Está bien, Kate. Pero debes saber que...—Mi paciencia llegó a cero y agarre uno de los aparatos acabando con el al tirarlo al suelo
—¡No! ¡No quiero saberlo! —le interrumpí, sintiendo un dolor agudo en mi cabeza. —Solo dame el informe y déjame en paz.
El doctor me miró con una expresión de tristeza y me entregó la carpeta. Yo la tomé y comencé a leer, absorbiendo la información que me ponía peor por momentos.
Llegué a la casa, aun sintiendo el dolor en mi cabeza y el peso de la noticia que acababa de recibir. Me dirigí directamente a mi habitación, sin saludar a nadie, y comencé a cambiarme de ropa. Me puse un vestido negro ajustado y mis botas favoritas, tratando de distraerme de mis pensamientos.
Después de cambiarme, me miré en el espejo y me di cuenta de que necesitaba arreglarme un poco. Me puse un poco de maquillaje y peiné mi cabello, tratando de esconder la fatiga y el estrés que sentía.
Finalmente, me dirigí a la puerta y salí de la casa, sin decirle a nadie dónde iba. Me subí a mi coche y conduje hasta el Glamour Girls Studio, Mi agencia de modelos
Entre directo a la sesión de fotografía, Pero la melena de la pelirroja quedó frente a mi cuando se detuvo deteniendo mi paso
Abby me miró con una expresión intensa.
—Está pasando de nuevo, ¿verdad? —Pregunto moviendo de arriba abajo su pierna
Maldita sea, que marca de sal seré yo
Me sentí incómoda con la pregunta y traté de esquivarla.
—No sé de qué hablas —le dije secamente.
Intenté pasar por su lado, Pero Abby no se dio por vencida.
—Sí, Kate. Sabes exactamente de qué hablo. La misma historia de siempre. ¿Cuántas veces vas a caer en lo mismo?
Me sentí frustrada con su tono y traté de defenderme.
—¡Abby, no es asunto tuyo! ¡Déjame en paz! —Mierda y más mierda todo el día, no bastaba con soportarla todo el día en mi casa ahora también lo haría en mi trabajo
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Fragile Balance
RomanceFragil Balance: Donde el hielo se quiebra y el amor es un peligro En el mundo de la patinadora de hielo Kate Blackwood, la elegancia y la gracia esconden un oscuro secreto. Obsesionada con conquistar el corazón del enigmático jefe de la mafia rusa...