El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad (Albert Einstein)
Kate
Caminé hacia el jet. Los chicos me siguieron de cerca. Me acerqué a las escalerillas de acceso. Justo antes de subir, me di la vuelta y me despedí de los demás con un saludo de la mano bastante simple.
entramos en el jet. Durante un segundo, en lo que se cerró la puerta, me giré en un impulso como si quisiera abrirla, bajarme y gritar que me iba a quedar ahí. Luego mi parte razonable se sobrepuso, y me ocupé de plantar el culo en el cómodo asiento. No quise mirar a través de la ventanilla.
—Bajemonos y salgamos corriendo —Me susurra Alex
—Sigue soñando.
—Vamos, bajemonos de este tiesto—volvió a animarme en un tono estúpido.
—Te dije que no —insistí, poniendo énfasis en cada palabra.
se encogió de hombros.
—Bueno, yo solo decía...
Giré los ojos y lo ignoré. Los motores se encendieron y en pocos minutos el jet se alzó en el aire.
—¿Qué harás en rusia? —le pregunté a Alex
—Tengo que volver a hacer el juramento a la UIR, Retomar algunos entrenamientos y ver qué puedo hacer para que Ximena venga lo más pronto posible—respondió con voz monótona—Todo eso.
—¿Le dirás a los chicos que me acosté con el bastardo? —Le pregunté en un susurro
—No.
Bueno, no parecía tener muchas ganas de hablar sobre nada.
Me reacomodé mejor en el asiento y cerré los ojos. Me preparé para un vuelo silencioso y traté de no pensar en nada. A lo mejor fueron las pocas horas de sueño, pero no se me hizo muy difícil quedarme dormida.
—Katherine —Me removí incomoda y abrí un ojos para encontrarme con la pelirroja que me miraba con una sonrisita —Anda, despierta
—¿Que diablos quieres? —Le pregunto enderezandome
—Esta aburrida—dijo Alex, indiferente.
—Ya —acepté con obviedad
—¿Que pasa, Abigail está aburrida? —Pregunto desde no sé dónde Liam
—¿Abigail, Acabas de levantarme a mi, estando los idiotas de Alex y Liam?—le reproché
—Pues si.
Me irritó un poco su estupidez, Pero ya no tenía sueño
—El señor Blackwood pregunta si desean comer algo —Llegó una azafata y cada uno pidió su comida, yo no pedi nada porque no tenía hambre
—Yo la verdad no pelearia con una gorda —Opina Abby de repente comiendo chocolate
—Ni yo con una negra, no es por ser racista, pero tienen mucha fuerza. —Respondo yo y asiente dandome la razon
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Fragile Balance
RomanceFragil Balance: Donde el hielo se quiebra y el amor es un peligro En el mundo de la patinadora de hielo Kate Blackwood, la elegancia y la gracia esconden un oscuro secreto. Obsesionada con conquistar el corazón del enigmático jefe de la mafia rusa...