Capitulo 14

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Cuando todo parezca ir en tu contra, recuerda que el avión despega contra el viento". Henry Ford.

Kate:

—Quítese el abrigo o no la dejaremos pasar—ordena un ruso, pero no le hago caso.

Mi silencio es un claro no me interesa y subo las escaleras. Reniega siguiéndome Pero soy más rápida llegando a una puerta que tiene el número 318 grabado

—¿Tan poca confianza me tienes que querías que uno de tus gorilas me manoseara? —pregunto enojada llegando dónde Nikolai que está sentado puliendo un arma

—Me niego a creer que querías que me tocara ¿O si? —insisto.

Reparo su atuendo, parece que acaba de matar a alguien. Se nota que está caliente acomodando su paquete cada dos segundos.

—No me ignores, imbécil —escupo, ganando un poco más de cordura ahora que me he desahogado.

—Deja de intentar manipularme entonces. Crees que no se cómo pones la cara cuando mientes, joder. —Hastiado, pasó sus manos por el cabello y negó.

Una oleada de deseo me invadió de solo contemplarlo. Tenía el cabello alborotado, los hombros tensos, a la defensiva; su mentón se contraía y sus ojos estaban oscuros por las emociones que no logro distinguir.

—¿Tienes novia? —Pregunto, son cosas básicas que hay que saber antes de comerse  a alguien

—Si, acaba de irse —Responde indiferente

—Bueno, el espíritu de clara chia y Ángela Aguilar se apoderan de mi a veces —Digo antes de abrirme de piernas sobre el

«Que lo cuide porque ella amiga de nosotras no es ».

Por un momento me siento estúpida y dolida, porque permanece sin inmutarse por largos segundos, con el cuerpo tieso como una vara contra el mío. Estoy por alejarme junto a las migajas que me quedan de orgullo cuando decide reaccionar. Posa las manos sobre mis brazos con determinación antes de besarme como si quisiera comerme entera, con una energía y vehemencia que me es casi imposibles seguir.

Sube una de sus manos hasta mis nalgas, y la otra por mi mejilla enredando sus dedos en mi cabello para inclinarme más y tener completo control y acceso a mi boca; en su manera de besarme, violenta y sin tregua, me transmite su enojo. Me siento devorada y engullida de una manera magistral y tengo que tomarlo de su camisa para tener algo sólido de lo que sostenerme.

—¿Estás feliz ahora? —susurra con voz grave contra mis labios. Su aliento cálido choca contra mi cara y asiento

—No te da miedo que vuelva a intentar entregarte

—No van a venir por mi—su mano recorre la parte trasera de mi muslo tomando la pierna mientras ejerce más presión en mi centro— Que valiente venir a mi cuando tú misma me lanzaste a la UIR.

—Era un jueguito inocente, dejame ser...—Susurro restregandome sobre el

—¿Un juego? ¿Te gusta mucho jugar, bebé?

Lo dice en una forma tan sensual que me hace asentir de inmediato mientras sus dedos recorren mis bragas metiéndose en el borde. Los párpados se me cierran solos.

Aprieta mi culo a la vez que su otra mano se desliza desde mi abdomen hasta mis pequeños pechos avivando un nuevo miedo y  es... Que pueda llegar a obsesionarme su cercanía, sus besos y su tacto deslizándose sobre mi abdomen.

Suspiro y me preparo para restregarme contra él de nueva cuenta, pero posa una mano sobre mi cintura con firmeza y su respiración en mi oreja me eriza los vellos de la nuca.

Fragile BalanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora