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El segundo día de audiciones había comenzado, siendo Rodrigo el último en llegar cuando vió a los participantes sentados en las gradas mientras el grupo de cuatro chicos que reconocía con facilidad encabezaba el discurso.

—Bien, cada uno está aquí para demostrar su potencial y el qué pueden aportar para la escuadra. Si todos creen ser tan buenos como para ser porristas espero que por lo menos puedan hacer los siguientes movimientos que son tan básicos al momento de elaborar nuestras rutinas- Iván habló de manera generalizada, alzando sus brazos en dirección a una de las chicas que se encontraba un par de pasos detrás suyo, la cual demostró la flexibilidad que posee y terminando con un split de una forma tan limpio que todos los presentes parecían sorprendidos.

—Si no puede hacer eso, no nos hagan perder el tiempo- Germán mencionó en una esquina de la colchoneta, mirándolos con aburrimiento.

Un par de personas se levantaron de sus lugares con resignación, corriendo a la salida lo más pronto posible.—Y si tampoco pueden hacer esto, les pido que se retiren.

Sebastián fue el siguiente en demostrar el movimiento de un salto que parecía tan ligero con su cuerpo que cayó con gracia, sonriendo al público. Solo un par de personas se alejaron de ahí, viéndose las gradas un tanto vacías mientras Rodrigo seguía caminando hacía ellos.

—Y no piensen unirse si consideran que esto se ve difícil para ustedes- señaló a un extremo, donde Edward esperaba pacientemente su turno para correr a lo largo de la colchoneta junto con otro chico a tomar vuelo y dar giros hacía atrás, las vueltas y saltos parecían tan agraciados en cada uno de ellos que al terminar dejaban una buena impresión.

Excepto para Rodrigo. Sonrió mientras tomaba asiento en la primera grada, dejando sus pertenencias a un lado mientras capturaba la atención de Iván al reconocerlo entre la pequeña multitud de personas que aún aguardaban a la audición.

—Bien, si con ello consideran que tienen los movimientos ideales para sorprendernos, presten atención a lo siguiente porque no lo repetiré una vez más- sus ojos no se despegaban del chico frente suyo, el cual le brindaba una sonrisa y fingía prestar atención a lo que decía.

Consideraba que Rodrigo tenía agallas, pero mientras no lo viera siguiendo su rutina y viera sus movimientos, se quedaría callado ante su persona.

—Bien, de esta manera lo vamos a hacer. Les mostraré una rutina, tienen que seguirme; pero si no pueden hacerlo entonces se irán. Si se queda hasta el final de la rutina, vendrá la decisión final si son buenos para formar parte del equipo, ¿Lo entendieron?

Todos gritaron en afirmación, siendo Rodrigo el que se encontraba detrás de Iván y observando su espalda, ¿Por qué él estaba encabezando todo? ¿Había oportunidad de que estuviera como líder...? No lo creía, Iván no parecía tener el temperamento suficientemente bueno para poder liderar a un equipo contrario, pero la forma en que su escuadra y todos parecían seguirlo sin siquiera pedirlo le parecía un tanto extraña.

Si resultaba ser el capitán del equipo, sin duda alguna le estaría callando la boca.

—Bien, entonces iniciemos con esto. Cinco, seis, siete, ocho...- a sus costados había una chica y Sebastián, siguiendo cada paso con demasiada precisión—Uno y dos y tres y cuatro, cinco, seis... ¡Presten atención a los pies!

Los dos chicos que lo acompañaban se retiraron de sus costados, manteniendo vigilancia entre las filas que habían hecho cada mejor orden. Los chicos se encargaban de orientar a las personas que quedaban, o si cometían un grave error simplemente despedirlos con una sonrisa y que lo intentaran para una próxima vez. Rodrigo seguía observando los pies de Iván hasta que se giró, observando a las personas a sus espaldas mientras seguía marcando los pasos para que lo siguiran.

Rodrigo se mantenía quieto en su lugar, ya aprendiéndose sin dificultad cada uno de los pasos mientras lo veía con desinterés.

—¿Acaso es demasiado para ti, muñequito?- Iván sonrió con burla, deteniéndose a un costado suyo.

Cuando Buhajeruk marcó una vez más los pasos, Rodrigo lo siguió de mala manera mientras se observaban de manera mutua. No solo se sentía como una batalla personal de ver quién demostraba mayor dominación sobre los pasos, sino el contraste de sus miradas hacía a todos evidenciar la clara rivalidad y tensión que surgía entre ambos.

Fue en la última repetición cuando Rodrigo hizo un movimiento apresurado, terminando la rutina no con el paso que había marcado Iván, sino dando una zancada alargada para quedar justo enfrente suyo y terminó con sus brazos alzados en un severo aplauso, sacando a todos de su ensoñación. La distancia entre ellos era casi nula, sus respiraciones se sentían chocar contra sus pieles y en sus ojos reflejaba la clara intensidad de la situación por la competitividad entre los dos.

—¿Es lo mejor que tienes? Lo domino con los ojos cerrados- mostró una sonrisa socarrona, girándose para romper el encuentro y caminó hasta las gradas en busca de sus pertenencias.

Iván apretó la mandíbula mientras Sebastián y Edward se quedaban a sus costados totalmente sorprendidos por la capacidad del chico. Claramente sin ser de la gracia del contrario.

—Es muy bueno, debería de estar en el equipo- Sebastián murmuró con una sonrisa.

—No estuvo tan bien, se integró después de tiempo, debieron sacarlo si no hacía nada- reprochó con el ceño fruncido, disgustado.

—No trates de rebajar su esfuerzo, sabes que lo hizo bastante bien y es de los pocos que quedó. Si debemos elegir a uno solo, él debería de ser quien cubra el lugar- Edward mencionó, golpeando su hombro.

—Como sea- Iván rodó los ojos, enfocando su mirada en Rodrigo, el cual ya se encontraba dispuesto a irse del gimnasio cuando lo llamó.—Hey, barbie.

Carrera se giró con una expresión de fastidio, esperando a que hablara—Me llamo Rodrigo, Rodrigo Carrera.

Iván decidió ignorar aquello antes de continuar.—Puedes unirte al equipo y volver a animar, como lo hacías antes en tu anterior escuela.

Fingió pensarlo antes de dar su respuesta.—No, gracias.

—¿Sabes cuántas personas quisieran poder tener esta oportunidad?- cuestionó con molestia, dando un paso en su dirección.

—Entonces supongo que no me necesitas si tienes a muchas personas en espera. Nos vemos- le mostró una sonrisa fingida antes de empujar la puerta y salir del gimnasio, sin permitirle decir algo más.

Todo el equipo se quedó anonadado con su comportamiento, pero para Buhaje había sido la señal suficiente para no apiadarse con el chico. Quería ser comprensivo, pero cada que intentaba darle por su lado solo le demostraba el mal caracter que tenía consigo, que se vaya al carajo si pensaba que iría detrás suyo a rogarle para que se uniera.

No sería capaz de humillarse de tal forma.

Cheerleader- adap RODRIVAN!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora