Epílogo

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Un par de semanas después...

—¡No quiero que aflojen el paso, sigan moviéndose!- el grito de Iván los despertó, volviendo a la misma energía de antes.

El azabache veía a su escuadra practicar cada paso con energía baja, demasiado fatigados por ensayar la misma parte una y otra vez, pero contrario a lo que pensaban que haría Iván, solo los estaba presionando para que se esforzaran mas.

—¿No crees que estás siendo un poco duro con ellos?- Rodrigo cuestionó a un lado suyo, observando como los chicos se encontraban sudando y perdían fuerza en sus pasos.

—Esta parte es con la que más tienen dificultades de la coreografía, necesito que puedan realizarla sin problema para avanzar- razonó, cruzándose de brazos.

—Lo sé, pero un descanso no vendría mal. Aunque sea dos minutos, así toman agua y pueden concentrarse mejor, prometo que lo harán mejor que como lo están haciendo ahora- colocando una mano sobre su hombro, jugó con los mechones desordenados que salían de la gorra ante lo sofocado que se encontraba el lugar.

Pensándolo por un momento, asintió—De acuerdo, pueden parar. Tomen cinco minutos para descansar, no falta mucho para que la práctica termine y todos nos retiremos.

—¡Por fin! Gracias, dios ya no podía- Edward se tiró al piso, totalmente cansado por estar entrenando sin parar.

Iván rodó los ojos, sintiendo las expresiones de su equipo demasiado dramáticos. Desde su victoria en el campeonato, habían sido invitados para concursos más pequeños y un par de presentaciones en festivales locales, por lo cual el azabache se había asegurado de no desacelerar el paso, en cambio, los seguía presionando para ensayar todas las coreografías que pensaban presentar.

Todos creyeron que su victoria significaba un exhaustivo descanso después de haber pasado el campeonato, algo que les había preocupado desde el inicio del ciclo escolar y por el cual trabajaron todos esos meses, pero cuando su capitán les aseguró que aún había muchas cosas por hacer como escuadra, se cuestionaron si había valido la pena el haber ganado si tenían aún tantos pendientes por hacer y sin ningún descanso digno de por medio.

—Ganamos el campeonato, pero ¿A qué costo? Preferiría perder si eso significaba menos ensayos- cuando Germán habló, la carcajada de Rodrigo se hizo notar—Y además, barbie nos demuestra que por ser novio del capitán no debe de hacer nada.

Rodrigo entrecerró los ojos, sintiendo un reto avecinarse—Se necesita mucha disciplina una vez que uno gana el campeonato.

—Déjalo, Germán. Estás hablando con quien ya ha ganado tres campeonatos seguidos, no estamos a su nivel aún- Sebastián murmuró, provocando una ola de burla.

—Lo estuvieran si no tuviera un líder tan cabeza dura- señaló al azabache detrás suyo, ahora un mar de risas se escuchaban.

—Al parecer todos quieren dar diez vueltas al campo si siguen con sus comentarios- amenazó en un tono burlesco, manteniendo su postura sobre las gradas.

—Claramente no pondrías a correr a Rodrigo diez vueltas, tú las correrías por él- el comentario de uno de los chicos lo hizo hacer una mueca, ofendido por sus palabras.

—¿En verdad? Es una lástima, ahora todos tendrán que dar diez vueltas al campo, ¡Ahora!- juntando sus manos, los hizo levantarse de manera abrupta, señalando el campo—Muévanse o me aseguraré de que tengan pesadillas con esta rutina, no los dejaré respirar hasta que vea buenos resultados.

Con murmullos en contra, todo el equipo se levantó con gruñidos antes de salir del gimnasio directo al campo, entrando al circuito tropezando con los demás ante sus piernas débiles, temblando tanto que dudaban poder mantenerse de pie por mucho tiempo. Cuando Iván se giró para ver a Rodrigo y asentir hacía la pista, el castaño negó divertido.

—No hablas en serio, ¿Verdad?

—Oh, por supuesto que lo hago- alzó su brazo, apuntando afuera—Es mejor que las empieces para poder irnos temprano.

—¡Pero ellos empezaron!- se quejó, frunciendo la frente en molestia.

—Y tú les seguiste el juego, ahora toca pagar tu parte- acercándose hasta él, retiró el cabello que cubría su frente y depositó un beso en ella, sonriendo—Ve, te permitiré dar solo una vuelta para que crean que las harás y escaparemos de aquí antes de que se den cuenta.

—Tú... No creía que eras tan mal capitán- propinó un golpe contra su pecho, divertido.

—No lo soy, simplemente a veces me gusta molestarlos- empujándolo suavemente a la puerta, carcajeó—Los dejaré descansar lo que resta la semana, así no se enojarán conmigo.

—Son cuatro días de descanso, se me hace justo.

—Sí, ahora ve a dar la vuelta mientras recojo nuestras cosas- lo despidió con un gesto de mano, retrocediendo un par de pasos.

Antes de que Rodrigo se dirigiera al campo, regresó hasta quedar frente al azabache, agarrando su rostro para estampar sus labios contra los ajenos en un casto beso, separándose demasiado rápido para el gusto de Iván.

—Daré las diez vueltas, no te preocupes- con un guiño, salió del gimnasio corriendo para intentar alcanzarlos.

Iván replanteó la posibilidad de porqué haría lo siguiente, pero sin éxito, decidió directamente salir del gimnasio y unirse a la diez vueltas sin rechistar. El equipo celebró ante su encuentro, dejando que la pareja encabezara las vueltas hasta terminar, sintiendo de manera grata la felicidad de un largo descanso de cuatro días.

Y al final del día, tanto Rodrigo como Iván se sintieron en paz cuando se fueron a sus respectivos hogares, teniendo demasiados planes por delante, por suerte tendrían el tiempo suficiente para cumplirlos todos. Y no solo ellos, sino todos sus amigos, lo sabían con certeza.

Cheerleader- adap RODRIVAN!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora