Capítulo.15. Traidor. Parte: 1.

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Mirko Morrigan

El espejo es un reflejo de lo que somos y en este momento solo veo en el a un hombre joven, maravilloso, millonario y decidido.. dispuesto a eliminar todo aquello que no sirve.
Talle mi rostro con la camisa que antes fue blanca, quitando toda la sangre que salpicó del cuerpo de Victor..
Me dirigí al baño del hotel clandestino, donde el agua fría me ayudó a despejar la mente y a lavar los restos de la batalla reciente. Cada gota que caía parecía llevarse un poco del peso que cargaba en mis hombros. Demore un rato por la sangre impregnada como si fuese mía.
Me vestí con ropa limpia y elegante, listo para enfrentar lo que viniera.
Salí del hotel y me dirigí al auto rentado. El motor rugió al encenderlo y Dante comenzó a conducir hacia los terrenos solitarios de la ciudad. Allí, en medio de la nada, me esperaba el helicóptero que me llevaría a mi próximo destino. Cavoria Alcalia.
Desde el cielo, la vista era impresionante. Las luces de la ciudad se extendían como un manto brillante bajo la tarde noche, cada punto de luz representando una vida, una historia. A medida que ascendíamos, el campo verde y los rascacielos se vuelven pequeños, casi insignificantes, y el bullicio del aire y el movimiento de los arbustos se desvanecía en un murmullo lejano.
Miré hacia el horizonte, donde el cielo se encontraba con la tierra en una línea difusa. Las estrellas comenzaban a aparecer, titilando suavemente, como si estuvieran observando mi viaje. El helicóptero se movía con suavidad, y el sonido de las hélices era casi hipnótico, marcando el ritmo de mis pensamientos. ¿Dónde carajos estará metido Demien?
Sentí una mezcla de emociones: la adrenalina de la misión culminada, la tranquilidad de la altura, y la determinación de seguir adelante con mi venganza. Sabía que el camino para encontrar al último traidor no sería fácil, pero desde esta perspectiva, todo parecía posible.
El helicóptero descendió suavemente, y pronto me encontré en el enorme campo que rodeaba la mansión Morirán. A unos 1000 metros de distancia, la imponente estructura se alzaba majestuosa, con sus luces brillando ya en la oscuridad. El aire fresco de la noche me envuelve mientras camino solo unos metros para entrar a la camioneta que me llevara de regreso a mi humilde casa, tomó los documentos revisando los informes del día de los otros antros, los que lo están involucrados, cuando al fin entramos me dirigí a la ventana, observando cómo avanzaba con velocidad nuevamente por Cavoria, la terracería y los árboles son la única vista, vuelvo a revisar los informes, ganancias en cien por ciento, mercancía pura, bebidas, juegos de azar.. todo corresponde perfectamente. Mi celular comenzó a sonar con desesperación, los que del bolsillo interior de mi saco.

— ¿Qué quiere este hombre ahora?.— sonreí y conteste.

— ¡Mirko Morrigan Vennstra!. — la voz inquieta de Lucius apareció del otro lado.

— Hola tío, buenas tardes.— sonreí aunque no me vea porque sé perfectamente para que me llama.

— ¿!Por que carajos mataste a Victor Quinotty!?. — cuestionó con molestia e impresión.

— ¿Porque prostituía chicas sin mi consentimiento?— respondí tranquilamente.

— ¿Qué?.. ¿cómo se atrevió?.

— Si, lo mismo me preguntó yo tío, pero es una lastima que se haya topado con su mayor socio, que es un sadico desquiciado.— suspire.

— Mirko más respeto a los muertos.— pude escuchar su risa. "Por eso lo amo."

— Si tan solo hubieras visto como lo deje, le corte todos los dedos de las manos, la lengua por llorón, corte sus muñecas hasta que se desangró.. fue algo tranquilamente placentero, claro, delante de su esposa.

— Mirko.. — susurro.

— Si.

— Ese hijo de puta me debía $250 mil dólares.

"LOS MORRIGAN"©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora