Capítulo.19. Lecciones.

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Gretta luvóttson

Llegué a la oficina de Donnato Morrigan esta mañana con un nerviosismo que no podía ocultar, y es que por más que intento no recordar su rostro después de lo paso hace dos días es imposible no recordar su manera curiosa de ni sentir ninguna inquietud al verme de esa forma, al contrario, tuvo el tiempo para sentarse y observar como su hermano seguía golpeando mi trasero.
La puerta estaba entreabierta, y un suave aroma a café se escapaba por el pasillo. Toqué ligeramente y escuché su voz grave invitándome a pasar. La oficina, con sus estantes repletos de libros antiguos y una lámpara de escritorio que proyectaba una luz cálida, era el reflejo perfecto de su personalidad.. "misteriosa".
Donnato estaba sentado detrás de su imponente escritorio de madera oscura, con su traje perfectamente planchado. Me miró con esos ojos que parecían leer más allá de las palabras. Empezamos la clase con una conversación informal sobre los poetas románticos, su voz resonando con esa entonación que hacía que cada palabra cobrara vida.
Luego, me pidió que leyera un fragmento de "Pride and Prejudice" como pude y mi pronunciación toda horrible.
Mientras lo hacía, me observaba atentamente, corrigiendo suavemente mi pronunciación y guiándome sobre la entonación adecuada. Cada corrección no era una crítica, sino una enseñanza que me permitía comprender mejor la profundidad del idioma inglés. Después de terminar de leer el fragmento de "Pride and Prejudice", que jamás en mi vida había tomado un libro de romance contemporáneo, hay cosas que son muy interesantes aquí. Donnato notó mi expresión cansada. Con una sonrisa comprensiva, dejó su pluma sobre el escritorio y se recostó en su silla.

— Gretta, sé que estas lecciones son intensas.— dijo suavemente, — pero recuerda que el aprendizaje es un maratón, no un sprint.— Fruncí el ceño tratando de descifrar sus palabras pero solo asentí, sintiendo el peso de sus palabras.

— Es solo que a veces siento que estoy intentando abarcar demasiado.— Donnato se levantó y caminó hasta la ventana, mirando el jardín de la mansión.

— Todos tenemos esos días. La clave es encontrar un equilibrio. A veces, descansar es tan importante como estudiar.— Su sinceridad me reconfortó. — pero necesitas por lo menos saber lo básico, entenderlo. El rubio hombre giro a verme un poco.

— Gracias, señor. Creo que necesito recordar eso más a menudo.—Él asintió, girándose hacia mí con una expresión alentadora.

— No olvides disfrutar del proceso. Cada palabra que aprendes te lleva un paso más cerca de tu objetivo.
Pero es esencial cuidar de tu bienestar en el camino.

Después de nuestra breve conversación sobre el equilibrio y el descanso, Donnato sugirió que volvamos a enfocarnos en el inglés, esta vez con frases útiles para el día a día. Sacó un libro de su estantería, uno de esos que parecen haber sido leídos innumerables veces, con páginas desgastadas y anotaciones en los márgenes.

— Gretta, las frases de conversación son esenciales para desarrollar fluidez,—dijo mientras hojeaba el libro. —Empecemos con algunas situaciones comunes.—Él me pidió que practicara cómo pedir indicaciones en una ciudad extranjera.

— Excuse me, could you tell me how to get to the nearest subway station? (Disculpe, ¿podría decirme cómo llegar a la estación de metro más cercana?)— Lo repetí varias veces, ajustando mi entonación bajo su guía y él respondiendo. Luego, pasamos a frases para pedir ayuda. — Can you help me, please? I'm lost.(¿Puede ayudarme, por favor? Estoy perdido.)— Donnato hizo que las repitiera con distintas tonalidades, para captar la urgencia o cortesía en cada situación.

Con cada frase, me sentía más segura y menos agotada. Las palabras empezaban a fluir con más naturalidad. Mientras practicábamos, me di cuenta de que no solo estaba memorizando frases, sino también aprendiendo a transmitir emociones y contextos a través del inglés. Terminamos la sesión con una nota positiva,

"LOS MORRIGAN"©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora