Capítulo.2. El cliente especial.

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Gretta Luvóttson

—Buen día Gaby. — sonreí al ver el joven de once años aparecer frente a mi aún somnoliento.

— Gretta, hoy llegaste temprano del trajo. — se acercó a mi para dejar un beso en mi mejilla.

— Si y adivina. — me cruce de brazos y mire sus ojos color miel.

— ¿Te iras ya?. — frunció en ceño triste. — si son las diez de la mañana. — miró al pequeño reloj colgado en la pared.

— No Gaby. — reí. — cuando trabajo de día sabes que voy hacer el aseo al club, olvida eso, hoy te traje tu postre favorito. — tome su mano y lo acerque a la mesa.

— !Gretta! es un chiskey de zarzamora y fresa — sus ojos brillaron al ver el enorme postre sobre la mesa. — gracias hermana.. — volvió a besar mi mejilla y me abrazo encantado. Su ceño se frunció. — debió costarte un fortuna Gretta.

— Tranquilo, me fue muy bien ayer en el bartender con Vionndo. — mentí, claro que no soy la bartender ni la que hace el aseo, solo soy "Bratz" una de las veinte prepagos del antro, pero no voy a decirle a mi hermano que me prostituyo para sacarlo adelante. —  por cierto, ya no debe tardar, fue por el gas ya vez que se nos terminó desde antier.

— Estoy feliz de que él esté con nosotros, al menos ya no me siento tan solo.

— No estás solo, mi ausencia es por trabajo Gaby. — acaricie su mejilla.

— Ya te dije que yo puedo trabajar en algo Gretta. — expresó con una sonrisa emocionada, negué, es la quinta vez que me lo propone.

— No, tú tienes que estudiar, ademas estás en tratamiento. — tome sus manos. — ¿cómo te has sentido?.

— Bien, me siento mejor.. solo, a veces me sentó muy cansado y solo quiero dormir.

— Tu rostro se ve pálido, mañana que descanse te llevaré de nuevo al doctor, debo estar segura de que esa anemia esté saliendo de tu cuerpo. — acaricié su mentón y este dejó un beso en mi palma.

— Veras que todo estará perfecto. — murmuró tranquilo. Ambos reímos y asentimos.

— Rezó mucho para que así sea hermano. — pase saliva tratando de quitar el brugo en mi garganta. El sonido de la moto me hizo girar a la puerta. — debe ser nuestro hermano. — sonreí y caminé para abrir la puerta del cuarto que rentamos ahora entre Vionndo y yo desde hace una semana.

— Ya llegó por quien lloraban. — el chico río y comenzó a meter el tanque poco a poco.

— ¿Por ti?— cuestionó Gaby en burla.

— No, por el gas.. — se encogió de hombros y sonrió. — ¿o también lloras por mi Gaby?.

— No jodas Vionndo. —sonrió.

— Lo tomare como un si pequeño Luvóttson.

— Que bueno que ya llegaste, ya podemos desayunar los tres. — murmure tranquila y muy feliz de sentirme más protegida con Vionndo en esta casa.

— Bueno, desayunemos antes de que se se enfríe la comida que acabas de preparar Gretta. — comenzó a burlarse de la comida rápida.

"LOS MORRIGAN"©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora