𝐋𝐚 𝐯𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧𝐳𝐚 𝐝𝐞 𝐑𝐚𝐢

La chica del libro

Alondra:
Estoy en el patio con mis amigas, como todos los días, riéndonos y hablando de cualquier cosa. De repente, veo a Rai sentada sola, con su libro de siempre. No sé por qué, pero me irrita verla ahí, tan apartada, tan metida en su propio mundo, como si el resto de nosotros no existiera. No es que se crea mejor que los demás, pero su manera de ignorarnos... me molesta. No interactúa con nadie, no intenta encajar. Es como si quisiera estar sola todo el tiempo.

De pronto, se me ocurre una idea. Giro hacia mis amigas y les digo: "¿Han visto a Rai? Siempre está sola, con su libro. ¿No les parece raro? Creo que deberíamos divertirnos un poco con ella, hacerle una broma."

Ellas me miran, intrigadas, y siento cómo la emoción empieza a crecer en mi interior. "Escuchen esto," continúo. "Escribimos una carta de amor, pero falsa, como si fuera de Jorge. Ya saben, el chico más popular de la clase. La dejamos en su escritorio antes de que vuelva del receso. Cuando la vea, seguramente se emocionará... y ahí es cuando entra la broma. Nos reímos de ella, la dejamos en ridículo."

No puedo evitar sonreír mientras lo explico. Me parece tan divertido imaginar la cara que pondrá cuando descubra que todo es mentira. Es solo una broma, me digo, algo para animar el día. Mis amigas empiezan a reírse también, y sé que están de acuerdo.

No lo pienso demasiado. Solo quiero verla reaccionar, quiero que salga de ese mundo en el que se encierra y se enfrente a la realidad, la realidad de que no puede ser tan diferente y quedarse tranquila. Siento que con esto le estamos haciendo un favor, mostrándole cómo son las cosas en realidad. Así que, sin dudarlo más, nos ponemos a planear cómo haremos la broma.

En mi mente, todo es solo una diversión inofensiva. Ni siquiera considero cómo podría sentirse Rai, ni las posibles consecuencias. Para mí, es solo una forma de reafirmar nuestro lugar en la escuela, de recordarle a ella y a todos los demás quiénes mandan aquí.