Rai:
Me quedé mirando el teléfono por unos minutos después de colgar con Bryan. La conversación me había dejado con una mezcla de emociones que no podía ordenar. Por un lado, su insistencia en que hablara con Alondra me había removido algo dentro, pero por otro lado, el solo hecho de pensar en ella me dolía más de lo que podía soportar. Siempre había sido así. Alondra tenía esa habilidad de hacerme sentir todo a la vez: amor, dolor, rabia, añoranza. Me sentía como si estuviera atrapada en un ciclo interminable de emociones que nunca terminaban de resolverse.
Recostada en el sofá, con el apartamento en completo silencio, dejé que mi mente vagara por todo lo que había pasado en los últimos meses. El escándalo, la ruptura, la soledad. Todo había sido un torbellino de caos que no me dejaba respirar. Y ahora Bryan me pedía que enfrentara todo eso, que hablara con Alondra. Pero no podía. Ya no tenía la fuerza para más enfrentamientos, para más conversaciones que terminaban en lágrimas y recriminaciones. Lo que más me dolía era que, a pesar de todo, aún la amaba.
El sonido de mi teléfono rompió el silencio, pero esta vez no lo atendí. Me quedé mirando la pantalla, viendo cómo las notificaciones de mensajes sin leer se acumulaban, la mayoría de ellos de seguidores preocupados por mi silencio en las redes. Pero no podía. No podía fingir más, no podía volver a mostrarme fuerte cuando por dentro me estaba desmoronando.
Cerré los ojos por un momento, esperando que el dolor se disipara, pero en lugar de eso, imágenes de Alondra con Angie invadieron mi mente. Cada vez que pensaba en ella con otra persona, sentía una punzada en el pecho que me recordaba lo que había perdido. Y fue entonces cuando me di cuenta: este dolor no iba a desaparecer mientras siguiera aferrada a lo que una vez tuve con Alondra. Tenía que dejarla ir.
Decidida a cambiar el rumbo, llamé a Bryan. Necesitaba hablar con alguien que pudiera entenderme, alguien que pudiera darme el empujón que tanto necesitaba para salir de este agujero en el que me había metido.
—Bryan —dije cuando contestó—, no puedo más con esto. No puedo seguir pensando en Alondra, en lo que pasó. Necesito algo más, algo que me ayude a avanzar.
—Rai —respondió, con una mezcla de alivio y preocupación en su voz—, lo he estado esperando. Sabes que quiero ayudarte, pero tienes que querer salir de esto. Y si estás lista, yo estaré a tu lado en cada paso.
—Lo estoy —dije, con más convicción de la que había sentido en meses—. Estoy lista para olvidarme de Alondra, de todo lo que tenga que ver con ella. Tengo que retomar mi vida, Bryan. No puedo seguir escondiéndome.
—Exactamente. Mira, Rai, tú eres una de las personas más fuertes que conozco. Sé que todo esto ha sido una mierda, pero tienes que recordar quién eres. Antes de Alondra, ya eras una mujer increíble, con una carrera que te habías construido desde cero. No dejes que todo eso se vaya al traste por una relación que no funcionó.
Sus palabras resonaron en mi cabeza. Había dejado que la situación con Alondra consumiera todo mi mundo, olvidándome de quién era antes de ella, de todo lo que había logrado por mí misma.
—Tienes razón —dije, sentándome más erguida en el sofá—. Necesito retomar todo. Mi carrera, mi vida. He dejado todo de lado por algo que ya no tiene solución. No puedo seguir así.
—Exacto. Lo que tienes que hacer es volver a lo grande, Rai. Tus seguidores te han echado de menos, tu marca te necesita. Incluso Twitch, esa empresa que Alondra dejó en tus manos, sigue esperándote. Tienes que volver a tomar las riendas de todo eso.
Al escuchar la palabra "Twitch", algo en mí despertó. Twitch siempre había sido un proyecto en el que Alondra y yo habíamos trabajado juntas, pero cuando nuestra relación terminó, no me sentí capaz de continuar. Había dejado que todo se desmoronara, que el proyecto que tanto me había entusiasmado quedara en el olvido.
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𝐋𝐚 𝐯𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧𝐳𝐚 𝐝𝐞 𝐑𝐚𝐢
AdventureAlondra, a los 14 años, era la chica más popular de su escuela, siempre rodeada de amigos y risas. Un día, decidió gastar una broma a Rai, una chica tímida y reservada que apenas hablaba con los demás. Alondra escribió una carta falsa de amor, hacié...