Rai:
Mirar mi reflejo en el espejo de aquel lujoso baño me hace sentir una extraña mezcla de triunfo y vacío. Han pasado meses desde que todo estalló, desde que mi nombre apareció en las portadas de las revistas de chismes, y la gente comenzó a seguir cada uno de mis movimientos. La filtración del video entre Alondra y yo no sólo fue un escándalo; fue el detonante que hizo que mi popularidad explotara. Miles de seguidores, entrevistas, marcas buscándome para promocionar sus productos... Todo lo que alguna vez había soñado.
Y sin embargo, aquí estoy, sintiéndome más perdida que nunca.
Cada vez que cierro los ojos, la veo. Alondra. Su rostro, su sonrisa, y la forma en que sus ojos se llenaban de furia cuando le revelé quién era en realidad. ¿Cómo no podría recordarlo? Fue el momento en que todo se rompió. No sólo su confianza en mí, sino también mi propio plan. Años de una venganza cuidadosamente planeada, de infiltrarme en su vida, acercarme lo suficiente para destruirla, quedaron en nada cuando me di cuenta de que no podía seguir haciéndolo. Que, en lugar de odiarla, la amaba.
Y aún así, la traicioné.
De repente, mi teléfono vibra sobre el lavabo. Es Bryan. Siempre sabe cuándo necesito una dosis de realidad.
—¿Cómo estás, Rai? —su voz suena relajada, pero siempre nota cuando algo anda mal.
—No lo sé, Bry —respondo sin rodeos—. Todo está tan... desordenado. No sé en qué momento se fue todo al demonio.
Bryan guarda silencio por un momento, esperando que me explique, como siempre hace. Es un buen amigo, el único que sabe realmente lo que siento.
—Estoy tratando de ser fuerte, de seguir con mi vida, pero no puedo dejar de pensar en ella —continúo, mi voz cargada de frustración.
—Alondra —dice, no como una pregunta, sino más bien como una afirmación. Él sabe que el tema siempre vuelve a ella.
—Sí... —susurro, incapaz de negarlo.
Durante meses, construí una imagen pública basada en mi independencia, en el empoderamiento que había encontrado a través de mi éxito. Pero la verdad es que todo se siente vacío sin ella. Sí, la herí, pero no puedo dejar de pensar que, de alguna forma, puedo arreglarlo. Que, aunque la traicioné, hay una pequeña oportunidad de que me perdone.
—Mira, Rai —Bryan toma aire, preparado para darme uno de sus famosos discursos—, no puedes seguir castigándote por lo que pasó. Si realmente sientes algo por ella, tienes que enfrentarlo de una vez. No puedes quedarte atrapada en este ciclo de culpa y miedo para siempre.
—Lo sé, lo sé... —respondo, aunque en realidad, no sé nada. Nada de lo que me está diciendo es fácil.
Bryan sigue hablándome, dándome consejos, pero mis pensamientos se desvían hacia la última vez que vi a Alondra. Estábamos en su casa, acababa de confesarle que no era "Laura", como me había presentado, sino Rai, la misma chica a la que había humillado años atrás en la escuela. Ver el dolor en sus ojos me partió el alma, pero sabía que tenía que ser honesta. Sabía que no podía seguir viviendo esa mentira.
Lo que nunca esperé fue la furia. El rechazo. Me pidió que me fuera, y lo hice, sintiendo que cada paso hacia la puerta me alejaba para siempre de la única persona que realmente me importaba.
Intento volver al presente, a la conversación con Bryan, pero no puedo evitar preguntarme si Alondra piensa en mí tanto como yo pienso en ella. ¿Podrá algún día perdonarme por todo lo que hice? ¿O fue demasiado tarde desde el momento en que decidí convertirme en su enemiga?
De repente, Bryan dice algo que me llama la atención.
—Oye, ¿has visto lo de Twitch? —pregunta, su tono ahora más intrigado.
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𝐋𝐚 𝐯𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧𝐳𝐚 𝐝𝐞 𝐑𝐚𝐢
AdventureAlondra, a los 14 años, era la chica más popular de su escuela, siempre rodeada de amigos y risas. Un día, decidió gastar una broma a Rai, una chica tímida y reservada que apenas hablaba con los demás. Alondra escribió una carta falsa de amor, hacié...