PEDRI:
No sé como todavía no me he ido de esta casa, me estaba poniendo nervioso cada dos por tres. Los padres de Gavi ni siquiera le han mirado, mi novia esta vez no está de su lado, sino del contrario.
Ella habla tranquilamente con sus tíos y muchas veces ha menospreciado a Gavi, diciendo que no ayuda y tampoco hace nada en casa. Iba a saltar dos veces, pero su pie en mi pierna me ha calmado.
Ningún miembro de la familia le ha dirigido la palabra, entonces recuerdo lo que me dijo un preparador físico y lo decido soltar, odiaba que le tuvieran manía por seguir sus sueños, encima que los estaba a punto de lograr.
- Gavi...- todos los de la mesa se callaron, prestando atención a nuestra conversación. Me miró con súplica, deseando que no diga nada que empeorara la situación- el otro día hablé con un preparador, le conté de ti- abrió los ojos como platos- el próximo día que tengas entreno, da el máximo de ti mismo porque te estará viendo- veo como se levanta de la mesa, instintivamente hago lo mismo y me abraza.
Le correspondí y nos fundimos en un abrazo sincero, hasta que habló la persona que menos me lo esperaba, lo que dijo me hizo romper el corazón igual que el de Gavi, por la manera en que aprieta sus brazos en mi torso.
- Entonces verá que no está a la altura- nos giramos para ver a Elisa, ella desde el principio protegió al menor, pero ahora lo detestaba.
- Tu eras la primera en defenderlo- se encoge de hombros- eres increíble- a esta chica no la reconozco de nada.
- Bueno, vamos a salir al jardín, que hace buen tiempo y hay piscina- todos asienten y van saliendo, pero tanto Elisa como yo estamos en medio de una batalla de miradas.
- Vamos Pedri...- Gavi me cogió de la mano y nos llevó afuera, simplemente me dejé llevar por él.
Elisa nos sigue por detrás y en cuanto llega a nuestra altura, le da un manotazo para que suelte mi mano. El menor suelta un gemido de dolor y le miro decepcionado a la que durante mucho tiempo la he llamado mi novia.
- Eres un puto Gavi- eso si que no lo iba a permitir, pongo mis manos en sus hombros y la empujo fuerte, haciendo que caiga de culo al suelo- ¿¡qué haces Pedri!?- todos quietos al ver la situación, me acerco y le agarro del cuello de la camiseta, levantándola del suelo con mucha rabia.
- Escúchame bien Elisa- todos atentos a lo que diríamos- aquí la única, bueno los únicos putos, somos nosotros dos. A él...- señalo a Gavi- ni se te ocurra llamarle así, tu te has follado con Ansu- todo el mundo se sorprende, ya que no se lo esperaban- yo le he besado, sí, pero a él nada de llamarlo puto- agacha la cabeza y empieza a llorar, el menor se acerca a mi lado y la mira decepcionado.
- Lo siento Pedri... lo siento Gavi- la miramos incrédulos- es que tengo miedo de perderlos a los dos, perdón por haberte tratado fatal primo- Gavi me mira sin saber qué hacer- los dos sois muy importantes para mi, pero al ver la conexión que creasteis desde el primer momento... me causó inseguridad- el menor se encoge de hombros.
- Te entiendo, pero no justifica que te comportes de esa manera con Pedri... ayer fué a ver a su madre que está fatal en el hospital...- me cogió de la mano, las lágrimas desplazando libremente por mis mejillas- y cuando llegó a casa, ni siquiera le preguntaste que tal todo, simplemente dijiste que hoy teníamos comida con la familia- miró a todos los presentes- que por cierto, no me daban ganas, pero aquí estoy- le miro orgulloso, está siendo valiente con tan solo dieciséis años- y si nos permitís, queremos estar a solas- me coge de la mano y nos lleva a la otra punta del jardín.
Veo la casa en el árbol y deseo subir, con cuidado de no hacerme daño, subo esas escaleras de cuerda que llegan a dentro. Una vez arriba me pongo nervioso al ver lo que hay.
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El chico de la cena: un amor prohibido
RomancePedri está saliendo con Elisa, una chica de dos años menor a él, llevan dos años juntos. Todo iba bien hasta que Elisa le dijo que quería presentar su familia, donde un miembro, su primo, es Pablo Gavi. Ese chico siempre le ha llamado la atención, l...