La cena había ido de maravilla. Victoria aseguró con total confianza que Sergio tenía un talento innato para cocinar comida neerlandesa.
—Era tu destino estar con un neerlandés, yo lo sé —comentó ella en medio de sus cumplidos. Y, sinceramente, Sergio a veces pensaba lo mismo.
Le gustaba pensar que estaba escrito en el destino que Max y él se enamorarían y estarían juntos.
Aunque, por supuesto, Max tuvo algo que ver con eso. No se le escaparon las miradas de aquel joven piloto de Toro Rosso.
—Tengo postre, no es uno tradicional de aquí, pero es delicioso. —Max, al escuchar eso, llamó de inmediato la atención de su hermana. Colocó su mano sobre el antebrazo de Victoria.
—Es de México —dijo, y al instante, los ojos de Victoria resplandecieron—, se llaman bunuelos.
—Buñuelos —corrigió Sergio con una risita—. Normalmente se comen con miel.
—¡Me encantaría probarlos! ¡Por favor! —Al ver el entusiasmo de su invitada, Sergio no perdió tiempo y se levantó para buscar los buñuelos. Hacer que se los enviaran de México fue una pesadilla, ya que los aeropuertos eran quejumbrosos con la comida.
No obstante, este era un detalle que quería hacer por Victoria. La joven mujer se había mostrado demasiado emocionada por conocer más de su cultura cuando Max lo presentó como su novio ante ella. Además de recibir su aceptación, obtuvo una entusiasta de su país.
Así que, sin importar el dolor de cabeza que fue importar los buñuelos en avión, Sergio no lo hubiera tenido de otra manera. La hermana de Max se había convertido en alguien especial para él. Si ella iba a ser la única persona de los Verstappen que los apoyara, Sergio se aseguraría de atesorarla para siempre.
Llevó los buñuelos en un plato y la miel aparte. Por fortuna los había calentado y guardado antes de la comida, por lo que seguían calientes. Los ojos curiosos de Victoria los analizaron apenas Sergio los puso en la mesa.
—¿Cómo dices que se llaman? —preguntó viéndolos—, ¿bu-bu-bunuelos? —Verla intentar pronunciarlo enterneció a Sergio.
—Buñuelos —dijo lento y cuidadosamente. Vio que incluso Max repitió la palabra en voz baja para verificar que lo dijera bien—. Estos en especial son de Yucatán. Una amiga de mis padres los visitó y les preparó unos. Ella me hizo el favor de enviármelos.
—Bueno, no vamos a despreciar su gesto y hacerlos esperar. —Con confianza, Victoria tomó una de las pequeñas bolas. Pero, al ver que no sabía qué hacer con ella y la miel, Sergio le mostró cómo se comían.
Max y Victoria hicieron la misma expresión de asombro al ver que Sergio abrió una de las bolas, tomó la miel y la echó adentro.
—Yo lo como de esta manera, aunque pueden solo echar la miel encima sin abrirlos. —Sergio no se resistió a comer el que tenía.
Victoria hizo el mismo procedimiento con cuidado.
—¡Dios mío! Qué dulces son. Ah, ahora entiendo por qué hablan mucho de la comida de México. —Sergio sonrió orgulloso—. Sospecho que voy a subir de peso cuando vaya con ustedes, pero valdrá totalmente la pena.
—Sí, la última vez regresé con un par de kilos extra —dijo Max mientras tomaba uno de los buñuelos.
—Allí creo que tuvo algo que ver mi madre, atascó a Max de comida. Y él tampoco supo decir no. —Le recriminó de manera juguetona.
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El wag del campeón [Chestappen]
FanfictionEl retirado piloto Checo Pérez aparece de nuevo en el paddock, solo que ahora como wag del candidato a campeón, Max Verstappen. El caos comienza desde allí. -M-Preg!