El wag del campeón [Chestappen]

Capítulo XXII: Alejarse.

Carlos no podía creer que estaba en la misma situación por segunda vez. Empezaba a creer que era su culpa, por permitirlo, aunque no estaba seguro de cómo podría haberlo evitado.

Lando había sido insistente y su desesperación parecía genuina, fue por ello que Carlos se dijo que le daría el beneficio de la duda por última vez. Tal vez como una manera de honrar la amistad que tuvieron antes de que él pidiera una distancia para respetar a su novio. Carlos apreciaba la amistad que tenía con Lando hasta ese punto.

Y si lo meditaba con detenimiento, Lando había sido uno de sus más cercanos amigos en la parrilla hasta que entró en una relación con Charles, allí, Carlos debía admitir que notó un cambio en la actitud de Lando. Salía a relucir de vez en cuando, y él no había notado ningún común denominador a estos arrebatos, pero ahora que lo pensaba, todos se relacionaban con Charles.

La primera ocasión en la que Lando, con una manta de preocupación, llegó con él y le hizo saber sus dudas sobre la fidelidad de Charles, no actuó imprudentemente. No tenía el temple para ir a reclamarle a Charles o demandar respuestas. Tomó en cuenta lo que Lando le había dicho, porque al final del día era su amigo y entendía que no le deseaba ningún mal. Carlos haría lo mismo si estuviera en su posición, si supiera o sospechara que le estaban siendo infiel a un amigo, él se los diría. Por su propia consciencia. Así que, sí tomó en cuenta lo que su amigo le dijo, mas fue a Charles con tranquilidad para resolver sus dudas.

Charles se había enojado –con justa razón– de que Carlos creyera en las palabras de Lando. Posteriormente comprendió, pues si Sergio llegara con él y le dijera lo mismo, él también buscaría la versión de Carlos. Al final del día, se trataba de dos personas que también eran importantes en sus vidas y que, bajo sus propios criterios, no tendrían motivos para mentirles con un tema delicado como ese.

Pese a todo eso, encontraba complicado no alzar una ceja en desconfianza a las palabras que Lando ahora le estaba diciendo.

—Lando. —Carlos suspiró resignado, pensó que, con él tiempo y la distancia que le había pedido, Lando reflexionaría sobre la postura de Carlos y sería empático. No se esperaba que fuera a cometer el mismo error—. Es por este mismo motivo que te pedí distancia y lo estás volviendo a hace-

—Pero esta vez estoy cien por ciento seguro, Carlos. —Lando estaba desesperado. Sabía de sobra que sería difícil convencer a Carlos de lo que decía dado a sus antecedentes con el mismo tema, quería encontrar la forma de que le creyese en esta ocasión—. Yo mismo lo escuché admitirlo, Carlos. Te lo juro. Estaba por ir a buscarte a tu recámara y-

—Espera, ¿por qué estabas allí? Lando, te pedí que tomáramos distancia. —Carlos elevó una mano para detener a Lando. Con cada cosa que decía, Carlos se exasperaba más. Se tomó el entrecejo con sus dedos en un gesto frustrado y decepcionado que lastimó el corazón ya herido de Lando.

—Pasó... algo y quería... necesitaba a un amigo... —la repentina voz quebrada y los ojos brillosos de Lando lograron ablandar el semblante serio de Carlos. Sí había notado que él tenía los ojos rojos cuando lo fue a buscar y se preguntó el motivo.

—¿Qué sucedió? ¿Estás bien? —Carlos no pudo evitar preguntar, en dado caso fuese algo de gravedad.

Lando negó con la cabeza y se obligó a no llorar enfrente de Carlos por lo que sucedió con Max, no cuando tenía un tema más importante entre las manos.

—No importa —subió sus manos y tomó a Carlos de los brazos para hacer que se concentrara. Continuó hablando una vez tuvo los grandes ojos cafés de Carlos sobre sí—, el punto es que, estaba pasando por su recámara y lo escuché decirle a Pérez que te había engañado. Tienes que creerme, por favor, Carlos. Sé que antes me equivoqué, pero ahora te prometo que yo mismo lo escuché.