Capítulo XVIII: Reacciones.

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—Yo lo veo mal, Daniel —dijo en voz baja. Max estaba en el baño y todavía en un rango de audición considerable.

Estaban en videollamada con Daniel por petición del otro.

"Normal, le acaban de pintar los cuernos." Lando miró nervioso hacia la puerta del baño, le hizo una seña a Daniel para que bajara la voz.

—¿Crees que sea cierto? —preguntó y continuó empacando su maleta. Max y él se irían al día siguiente a petición del primero—. ¿Crees que Pérez lo haya engañado?

"No lo sé y ni me importa." Daniel se rió. Cuando vio las noticias estuvo feliz, sabía que ese era el momento perfecto. "Las fotos dicen mucho, ¿no?"

Lando asintió, debía admitir que incluso él creería. Son demasiado comprometedoras.

El escusado sonó, avisó así que Max ya había terminado y volvería a la recámara pronto.

"Max." La voz de Daniel sonó cargada de pena y empatía. "¿Cómo te sientes?"

Max se dejó caer en el sofá y alargó un suspiro.

Tenía una jaqueca terrible y, no lo diría, pero había ido al baño para llorar. Lo había hecho desde que estuvo en su habitación y vio la noticia, había llorado hasta que sintió que ya no tenía fuerzas. Hasta que la soledad lo ahogaba, por eso se fue. No podía estar solo porque se dejaría caer en su miseria, estando rodeado de personas, lo podía soportar más tiempo.

Pero su cara cargaba con todo. Dejaba expuestas sus lágrimas derramadas en silencio.

—Estoy jodido. —Lo admitió ante sus amigos.

"Siento mucho haber tenido que decírtelo, Max." Lando entrecerró los ojos. Estaba de espaldas a su amigo, así que este no pudo ver la ironía en su mirada. "Pero, no podía creer lo que ese imbécil te había hech-"

—¡No lo llames así! —la brusquedad con la que escupió eso dejó atónitos a Lando y Daniel—, no importa lo que esté pasando, no voy a permitir que nadie lo insulte.

Daniel vio a Lando a través de la pantalla.

Eso no se lo esperaban. Max estaba hecho un desastre, cuando Lando escuchó su breve explicación de por qué había ido allí con él, pensó que la imagen de Sergio ante sus ojos estaba rota para siempre. Que, si Daniel era inteligente, podría aprovechar para aumentar la rotura y distanciarlo más.

Esta reacción les decía otra cosa.

—Max, ¿por qué lo defiendes? Él te engañó con el primer pobre diablo que se le puso enfrente —Lando se volteó a verlo con incredulidad—, ¿vas a dejar que te humille de esa manera en público mientras tú estás aquí, destruido y todavía defendiéndolo?

Max exhaló cansado.

—Porque no puedo... no puedo tolerar que hablen mal de él, pese a todo... porque él...

"No merece tu lealtad, Max. Él no pudo darte la suya." Daniel lo interrumpió. Max cerró fuertemente los ojos. Su mente rechazó de inmediato las palabras de Daniel.

—Miren, no pido que aprueben mis decisiones, pero sí que las respeten. —Estaba exhausto. La carrera había ido mal y fue un golpe más a su estabilidad.

Despertar en otra habitación, sin Sergio a su lado, había sido de las experiencias más horrorosas que había tenido en los últimos años. El vacío en su corazón ardía, el dolor seguía latente en él. La noche no fue gentil con él, ya que había soñado con Sergio. Con las tantas mañanas que habían compartido juntos, cuando su novio lo despertaba a besos y caricias juguetonas. Donde sus bonitos ojos cafés lo miraban como si con verlo tuvieran todo en el mundo.

El wag del campeón [Chestappen] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora