El Omega del emperador Todoroki [TodoBaku]

11

— Nadie del harem está en cinta, ni siquiera sus favoritos, señor.— habló Mina.

Eijiro Kirishima soltó un suspiro mientras pensaba en algo, ya casi un mes se iba a cumplir de que Mina tuviera un aborto y nadie de su harem quedaba en cinta ni mucho menos su actual esposa.

— Necesito un heredero, lo necesito lo más pronto posible, el pueblo está comenzando a hablar y a crear chismes.— dijo levantándose del asiento.— Suficiente tengo con que el imperio de Todoroki ya no provee alimentos a mis tierras.

— He escuchado que Bakugo está en cinta, señor.

Kirishima se burló de lo dicho.— ¿Ese omega en cinta? Mina, querida, no digas tonterías, ese omega es inútil e inservible.

— Todos están hablando de eso.

— ¡Cállate! ¡Bakugo es infértil!— gritó un tanto alterado.— Tú misma me dijiste que Bakugo te lo había confesado, ¿No?

La omega pasó saliva antes de hablar.— Le mentí. Bakugo nunca me dijo eso.

— ¿Qué dices?— cuestionó pero la omega solo se encogió en su lugar.— ¡Habla, maldita sea!

— El emperador Todoroki me dio varias monedas de oro y joyas a cambio de que lo convenciera de divorciarse de Bakugo. El emperador quería que usted se divorciara de Bakugo.— confesó al borde de las lágrimas.

Eijiro Kirishima comprendió todo en ese momento, el como ese día del evento no quitaba su vista de su reina, el como la invitó a bailar cuando estaba prohibido hacerlo, también como se casó con él en tan poco tiempo después de rescatarlo y llevárselo del reino Camelot.

A su mente llegó la estúpida sonrisa de superioridad del emperador cuando lo invitó a su boda. Por supuesto que no asistiría, ¿Por qué hacerlo si ya tenía lo que quería?

— Ese maldito desgraciado.— murmuró tratando de controlar su enojo.

— Mi rey, perdóneme por lo que hice. Lo hice por amor.— la omega se arrodilló frente al alfa.— Haría lo que fuera por usted.

Kirishima pateó a la omega lejos de él.— ¡Eres una estúpida! Hiciste lo que te ordenó ese maldito por unas miserables monedas, eres una traidora.

La omega trataba de aguantar el dolor que sentía, vio como el alfa se acercaba más a ella. Kirishima la sujetó del cabello y la arrastró hasta la habitación dónde tenía todos los cuadros de Bakugo cuando era su reina.

— ¡Por tu culpa, Bakugo se fue con él! ¡Él me lo quitó!

— No todo fue mi culpa.— habló a duras penas.

— Cambié al omega más hermoso de este reino por algo tan insignificante como tú, solo porque pensé que era infértil.— soltó una carcajada.— Maldita traidora.

— Deje de echarme toda la culpa.— intentó hacer que el alfa soltara su cabello.— Usted es un cobarde.

El alfa le dio un golpe en la mejilla.— Veo que eres muy valiente. Haré que me respetes.
        

      
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Todoroki daba pequeños masajes a los pies del ojirubí mientras este degustaba su desayuno.

— Tendrás una dama de compañía, cariño.

Bakugo tragó lo que tenía en su boca.— ¿Para qué? No necesito una.

El alfa liberó una ligera risilla.— Ella será tu asistente personal en los meses de embarazo, necesitas una.

— Y, ¿quién será?

— Estaba pensando en la hija menor del duque Utsushimi, su nombre es Camie.— respondió sin dejar de masajear los pies cansados del omega.

Bakugo no conocía a la mayoría de los nobles, así que, no tenía idea de quién era la chica.— No sé quién sea, pero si tú consideras que es la más adecuada, está bien.

— Cariño, una dama de compañía es muy útil.

El omega asintió levemente.— Mejor dime qué día será tu celo.

— ¿Estás ansioso?— observó como las mejillas de su esposo se pusieron rojas, se le hizo muy tierno.— Será muy pronto, iremos a una vivienda que no está muy lejos de aquí.

— ¿Habrá roles de canela?

— Todos los que quieras.

Bakugo aplaudió levemente mientras sonreía.— ¡Eres el mejor esposo!

Todoroki sonrió en grande al ver como su omega lucia muy feliz, estaba orgulloso de su buen trabajo. Bakugo había pasado de estar la mayoría del tiempo sin alguna expresión en su rostro a sonreír a cada rato.

— Cariño, creo que la noticia llegará muy pronto a oídos de Kirishima. ¿Cómo crees qué tome la noticia?

— Se va a desquitar con la persona que este frente suyo, no importa quién sea.

— ¿Deberíamos hacer una ceremonia para dar la noticia de qué estás en cinta?

Bakugo se iba a negar pero a su mente llegó la imagen de los rostros de las personas que lo humillaron por ser un omega inútil e infértil.— Invita a la nobleza del reino Camelot.

Todoroki sonrió en grande al escuchar esa respuesta.— Lo que tú ordenes.
        

      
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Bakugo entraba a la oficina con mucha tranquilidad, hoy conocería a su dama de compañía.

— ¡Tú!— exclamó Bakugo al ver a la omega que sería su dama de compañía.— Me dejaste sin roles de canela aquel día.

— A mí también me dejaron sin roles de canela, solo me comí ese.— se defendía la omega.

— Me hubieras compartido, no solo metértelo a la boca sin antes pagarlo.

— Sí no lo hacía me lo iba a ganar usted.— finalizó sus palabras en un pequeño mohín.

Bakugo de igual manera hizo un pequeño mohín pero luego sonrió.— Vamos al jardín, la cocinera está haciendo docenas de roles de canela y me los van a llevar al jardín.

— ¡Su majestad es muy amable!

Ambos omegas salieron de aquella oficina mientras empezaban a platicar de varios tipos de pan.

— Ni siquiera los presenté.— murmuró Todoroki mientras veía la puerta dónde habían salido los omegas.

Caminó hasta su ventanal dónde perfectamente se veía el jardín y pudo ver como su omega y Camie reían mientras caminaban por el césped.

— Me alegra que se lleven bien.

Dio media vuelta para dirigirse a su oficina, tenía un evento que planear.