El Omega del emperador Todoroki [TodoBaku]

27

— Te lo advertí. No debes meterte con la emperatriz.— habló el señor mientras cortaba algunas naranjas.

La beta lloraba desconsoladamente, tratando de cubrir su rostro.— Ese maldito omega es un desgraciado.

— Ten cuidado con lo que dices, aquí la gente te puede escuchar y decirle al emperador, suficiente tienes con tener toda la cara llena de cortadas, ¿No?

— ¿Ahora que haré? Gracias a mi belleza conseguí varias cosas pero ahora con este rostro no lo creo.

El señor le dio un vaso de jugo.— Vete de aquí. Puedes usar una máscara, por lo que me cuentas solo utilizas tu cuerpo, tu cara no es tan importante.

— Mejor cierra la boca si no vas a decir algo que me ayude.

— Vete de este imperio si quieres seguir con vida, me sorprende que no te hayan matado.

Momo pensó un poco lo que le estaba diciendo el señor.— Tal vez si deba irme, ese omega tiene al emperador comiendo de la palma de su mano, todo lo que le ordene, el emperador lo hará sin protestar.

— Que bueno que lo sepas.
        

      
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Bakugo miraba su rostro en el espejo, tocando levemente su mejilla, dónde estaba ubicada la leve cortada que él mismo se hizo.

Todoroki entró a la habitación con una gran sonrisa mientras cargaba a sus cachorros en brazos.— Cariño, los cachorros y Balto quieren jugar contigo, también yo.

— Me siento culpable por lo de esa beta. Su rostro estará marcado de por vida.

— Cariño, esas son las consecuencias de lastimarte.

Bakugo se levantó de la silla.— Pero ella no me hizo nada.

— Katsuki, no me importa si te hizo ese corte o no. Ella estaba de insistente en ser mi concubina, incluso se atrevió hablar mal de ti.— habló con molestia, soltando un pequeño suspiro cuando sintió como uno de sus cachorros se escondía en su cuello.— Iré al jardín con los cachorros.

Sin más que decir, salió de la habitación junto con sus cachorros, dejando solo al omega.

Bakugo cepilló su cabello antes de salir de la habitación para ir con su esposo. Bajó hasta el jardín a pasos lentos, sonriendo con amplitud al ver a Todoroki jugar con los cachorros y Balto con una pelota.

— ¡Shoto!— gritó el omega llamando la atención del alfa, este corrió hasta donde estaba Bakugo.

— ¿Sucede algo malo?

Bakugo negó con ligeridad.— ¿No me odias por hacer lo qué hago?

— No, jamás voy a sentir odio hacia ti, lo único que siento por ti es amor.— besó la mejilla del ojirubí.— Y si me pides que mate a alguien solo lo haré, no me importa si no te hizo nada. La mataré porque tú me lo estás pidiendo.

Bakugo besó castamente los labios del bicolor.— Eres un gran alfa, te amo mucho. Soy muy afortunado de tener un alfa como tú.

— También te amo. Vamos con los cachorros, ¿Sí?

La pareja caminó hasta donde estaban sus cachorros y mascota para jugar con ellos.

— Deberías invitar a Rody y a sus cachorros para que jueguen con los míos.— propuso Bakugo.— Mis cachorros no tienen amigos.

Todoroki liberó cierta risilla.— Le diré a Izuku, estoy seguro que aceptará.
        

      
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Todoroki besaba las piernas delgadas del ojirubí mientras este leía un libro con mucha calma.

— Dijiste que me ibas a poner crema, no besarme las piernas.— habló Bakugo sin despegar su vista del libro.

El bicolor soltó una leve risita.— Mañana es mi celo, mi lobo no sabe controlarse contigo.

— No le tires la culpa a tu lobo, solo admite que eres un alfa hormonal.— habló mientras reía al tanto que cerraba el libro y dejarlo en el buró que estaba al lado suyo.

El alfa sonrió levemente antes de acercarse al rostro del ojirubí.— ¿Podemos tener intimidad? No lo hemos hecho desde hace un tiempo.

Bakugo fingió pensar.— Mañana, ¿Sí?

— ¿Por qué hasta mañana?— cuestionó con un mohín.

El omega solamente se limitó a reír.— Porque nuestros cachorros están aquí y no quiero despertarlos, mañana se los encargaré a Camie y en vez de bajar a desayunar, tú y yo nos quedaremos aquí.

Todoroki sonrió con amplitud.— Hubieras dicho eso desde un inicio, por lo menos dame un besito, ¿Sí?

Bakugo negó con levedad, su esposo parecía un lindo cachorrito. Tomó el rostro de su alfa entre sus manos y depositó suaves y castos besos en los labios de este.

— Extraño chupar tus pechos y beber tu deliciosa leche.— confesó el alfa con una sonrisa.

— Tú solo debes extrañar mi leche porque mis pechos siguen aquí y los puedes chupar cuando quieras.— habló acariciando la cabellera del bicolor.

Todoroki miró con una sonrisa al omega.— ¿En serio puedo chupar?— bakugo asintió con una leve sonrisa.— Gracias, gracias.

Con delicadeza y algo desesperado, el alfa le quitó la bata de dormir al omega, después bajó un poco la prenda para tomar uno de sus pechos y meterlo a su boca, empezando a chupar con delicadeza.