El Omega del emperador Todoroki [TodoBaku]

2

Mina tomaba el té con el Rey en el jardín real, solo ellos dos, sin estorbos ni nadie más.

— Mi rey, he estado pensando un poco la situación de la reina.— comenzó a hablar.

— ¿Qué situación? Explícate.— ordenó.

— En la noche de ayer, la reina me confesó que es infértil, nunca le dará herederos y eso sería un problema, ¿No?

— ¿Bakugo te confesó eso?— su concubina asintió.— Debería hablar con él más tarde.

— Pero eso no es lo único que le quiero decir, también su pueblo ha estado esparciendo rumores de eso y se están burlando de usted.— fingió preocupación.

— ¿De mí? ¿Por qué? ¿No deberían burlarse de Bakugo?— interrogó con molestia.

— Se burlan de usted por estar casado con un omega inútil.

Kirishima miró las galletas frente a él mientras pensaba una solución para solucionar aquel problema.

        

      
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Casi se cumplía un mes desde que fue echado del castillo como si fuera una escoria. Después de divorciarse de Eijiro Kirishima fue a buscar el apoyo de sus padres pero lamentablemente estos no querían saber nada de él, ya que era una vergüenza para la familia, el pueblo se burlaba de él.

Bakugo no podía caminar con tranquilidad sin escuchar burlas, insultos y demás en su camino. Todo gracias a Eijiro Kirishima y Mina Ashido.

— Haz bien tu estúpido trabajo si quieres comer, omega inútil.— habló un señor de edad avanzada.

El omega solo soportaba aquello por su supervivencia, no tenía el apoyo de nadie en ese pueblo ni fuera de él.

Bakugo asintió mientras empezaba a jalar con fuerza aquella carreta de verduras.

El señor al ver como el omega hacía mal su trabajo, se levantó de su asiento y se dirigió hasta dónde estaba él para golpearlo.

— Omega inútil, no sabes hacer nada.— le pegó con un palo en la espalda, el omega se retorció de dolor. Iba a continuar pegándole pero un alfa no se lo permitió.— Su majestad, ¿Qué lo trae por aquí?

— Vengo a llevarme a ese omega.— señaló a Bakugo, quién estaba sentado en el lodo.

— Pero no puede irse, me debe varias monedas por alimentarlo.— habló.

El alfa volteó a ver al omega, lucía más delgado que la última vez, volvió a mirar al viejo.— Dije que vengo por él. Dígame cuánto le debe, no creo que sea mucho, ya que está en los huesos el pobre.

El anciano hizo una mueca.— Solo lléveselo.

Todoroki se quitó su saco de aquel costoso traje y lo colocó en los hombros del rubio.— Tú vendrás conmigo.

El omega no entendía nada, solo miraba al mitad albino. Soltó un pequeño jadeo cuando el alfa lo cargó al estilo nupcial.

— Su alteza, estoy sucio.— mencionó con vergüenza.

— No importa, estás muy débil.— habló.— El carruaje está un poco lejos.

Bakugo con algo de timidez recargó su cabeza en el pecho del mitad albino, sentía mucha tranquilidad estar con aquel alfa.

Al fin, alguien lo estaba tratando con delicadeza, ¿Podía confiar en él?

        

      
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— Traigan a Bakugo.— ordenó Todoroki a uno de sus sirvientes.

No pasó mucho tiempo cuando el omega estaba entrando a la oficina del alfa con mucha timidez.

— Su alteza, ¿Me necesita?— cuestionó.

— Te vas a casar conmigo dentro de unos días.— avisó.— He preparado nuestra boda desde que te conocí.

— ¿Qué? ¿Por qué?— volvió a cuestionar.

— Hace mucho fui con una bruja para preguntar cómo era mi predestinado y cómo iba a encontrarlo.— empezó a hablar mientras miraba fijamente al rubio.— Y da la casualidad que tú eres mi predestinado, así que, nos vamos a casar.

— Pero se burlarán de usted.— se excusó, acababa de salir de un matrimonio atroz, no podía volver a casarse tan pronto.

— ¿Y? No me importa, lo único que me importa es que tú seas mi omega, mi emperatriz. Todos te van a respetar, de eso me encargo yo.— dijo acercándose al omega para acariciar su mejilla con suavidad.— Nada ni nadie evitará que nos casemos, ¿Entendiste?

Bakugo no sabía que responder, pensó que aquel alfa lo había ayudado porque era una buena persona, pero ya vio que no. ¿Qué debía responder? No, no debía responder nada, el alfa solo le estaba avisando que se casarían. Además, él era un omega, los omegas solo deben obedecer.

Era un tonto por confiar en aquel alfa.

— Va venir la costurera en la tarde, elige el vestido que más te guste.— besó con delicadeza la mejilla del menor.

Bakugo asintió mientras hacía una leve reverencia antes de salir de ese lugar.

— Me voy a casar con él.— murmuró.

Inmediatamente a su mente llegó la imagen del alfa dándole un beso en su mejilla, con cierta vergüenza tocó la zona y sintió un leve cosquilleo.

Su lobo ha estado muy feliz desde que Todoroki lo trajo aquí.