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—¿Cómo llegaste tan rápido?

Los dos chicos estaban sentados en el suelo, con la espalda apoyada sobre la pared. Nellie los acompañaba.

—un amigo me alcanzó en moto.

—¿Hacías algo importante?.

—¿La verdad?— el rubio asintió —no, estaba en una fiesta. Muy aburrida por cierto—rió.

—lamento molestarte, no debía...

—shh—apoyó su dedo sobre los labios del menor—no molestaste. Es mi deber cuidarte.

—si pero—miró al techo —ni siquiera Imogen hacía esto. Ella solo me llamaba y me decía cosas lindas —se escondió en su risa.

—pero no soy Imogen, recuérdalo —le sonrió—soy Charles Spring.

—lo sé— recostó su cabeza en el hombro de su acompañante y suspiró.

—¿Comiste?

—sí, algo—lo observó.

—¿Qué cosa?

—pollo y verduras.

Charlie puso una cara de disgusto que le dió risa a Nick —¿Quiéres ir por un helado mejor? Saquemos ese feo sabor de tu paladar.

—no es feo el pollo—rió.

—pero el helado es mejor—se levantó —y te subirá más el ánimo —le tendió la mano para ayudarlo a levantarse.

—¿No es tarde?—aceptó la ayuda.

—conozco una heladería 24 horas a nada de aquí, a unos minutos—se encogió de hombros.

—bien—corrió por un abrigo en el perchero mientras que Charlie también tomaba el suyo—vamos.

[...]

—¿Desde cuándo eres acompañante terapéutico?—disfrutaba de su helado de chocolate mientras caminaban por la peatonal de la ciudad.

—umh—limpió su boca—desde hace unos...dos años. Ayudaba a Imogen como práctica—se encogió de hombros.

—nunca me contó de tí.

—no, no ejercía, solo estaba terminando el curso—sonrió—y bueno, pasó lo de su mudanza y confío en mi cuidarte. Lo mejor que pudo pasarme.

—¿Lo mejor que pudo pasarte?

—eres un chico maravilloso desde lo poco que te conozco—sonrió.

Nick se sonrojó y escondió apenas su sonrisa.

—son las 3 am—cortó el tema de conversación —debo ir a dormir, mañana tengo clases y práctica de natación.

Charlie un poco avergonzado por lo que había comentado, asintió—si, vamos.

—no hace falta que me acompañes, puedo yo solo —rió.

—es muy tarde, déjame alcanzarte.

El rubio lo pensó y aceptó.
Tardaron algo de unos 5 minutos en llegar al destino.

—oye.

—¿Sí?—Nick estaba abriendo la puerta.

—¿Mañana puedo verte en tu clase de natación?—preguntó contento.

Nicholas sonrió —claro...claro que sí.

—bien—besó la frente del menor—adiós chiquito —contento, caminó en dirección a su hogar.

acompañante terapéutico ; hearstopper Donde viven las historias. Descúbrelo ahora