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Charlie se sentó sobre el colchón inflable que estaba en el suelo mientras disfrutaba de su comida y miraban la película "mean girls", la cual nunca vió pero descubrió que era la favorita de Nick.

Al final de la película, quedaron en silencio unos 2 minutos hasta que el rizado habló.

—ya vengo, voy a buscar lo que traje.

—¡Sí!—festejó Nick, contento. Se sentó bien en su cama y esperó al mayor.

El ojiazul entró con el recipiente abierto y tomó asiento en la cama del rubio.

—¿Fresas con chocolate?—asintió—Charlie...es mi postre favorito —sus ojitos se llenaron de brillo.

—bueno, le pedí una ayudita a Imogen. Quería hacerte feliz con algo que de verás te gustara—sonrió. Tomó una fresa y se la ofreció a su paciente, quien feliz lo comió.

Antes de seguir comiendo, Nick lo abrazó con fuerza y sin darse cuenta, estaba llorando. Se sentiría querido, como con nadie se había sentido. Charlie era solo su acompañante pero ¿Qué pasaría si se confesara? ¿Era muy pronto para admitir que le gustaba?

—¿Por qué lloras pequeño?

—es que, no lo sé, hay muchas cosas que no puedo pensar bien en este momento.

El rizado le acaricaba la espalda y dejaba besitos en la cabeza.

—Nick.

—¿Sí?—se separó del agarre para mirarlo a los ojos.

—te quiero—le sonrió.

Volvió a abrazarle, oliendo profundamente su aroma a flores frescas impregnadas en su ropa.

—Charl, estoy confundido.

—¿Por qué? ¿Hago algo mal?—su voz tranquilizaba a Nick pero notaba su preocupación de estar haciendo algo mal.

—solo me haces sentir tan...tan bien...tan querido y quizás es pronto y y y no quiero equivocarme y que te alejes o que tu ni me ames como yo lo hago y....

Charlie lo besó.
Esta vez...en los labios.

Sintió cosquilleo en su estómago.
¿Eran las famosas mariposas?

acompañante terapéutico ; hearstopper Donde viven las historias. Descúbrelo ahora