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Ambos chicos caminaban hacia la salida del aeropuerto. Nick moqueaba y seguía largando una que otra lágrima mientras que Charlie, apenado, lo veía de reojo.

—pidamos un taxi y hagamos algo que te guste ¿Quiéres?—propuso el rizado.

El rubio lo miró con sus ojos aguados. Se limpió estás con la manga de su ropa y respondió.

—no lo sé, no tengo ganas de nada—desganado.

—algo querrás hacer...—paró un taxi con una seña de mano que estacionó frente a ellos— vamos, sube .

Nick hizo caso y se metió al auto.

—¿Hasta dónde irán muchachos?—preguntó el conductor.

Los dos se miraron indecisos.

—vayamos a tu casa, si te parece cómodo —sugirió y se encogió de hombros el rizado.

—esta bien— accedió el chico. Pasó su dirección y tomaron camino al hogar de Nick.

Charlie intentaba sacarle un tema de conversación y Nick solo permanecía callado. Era alguien que hablaba mucho pero ese momento...no era el mejor.

Una vez llegados a la casa, decidió hablar cuando bajo del auto.

—no te sorprendas si no hay nadie, es normal.

—¿Y qué hacen tus tíos?

—no sé, a veces hacen trabajos en el extranjero y me dejan solo. O bueno, no tan solo—explicó mientras abría la puerta.

"¿No tan solo?" Lo primero que pensó Charlie es que tenía un amigo imaginario o algo así. Hasta que al ingresar, una perrita se le lanzó con ánimo y ahí entendió a que se refería.

—es hermosa ¿Tu mascota, no?—acariciaba su cabello sedoso. Se notaba que se alimentaba bien.

—si, es Nellie.

Nick había comenzado a soltarse más. Se lanzó en el sofá y prendió la tv.

—ven, toma asiento Charlie—le indicó un lugar a un lado suyo.

—gracias—dijo amable y fue hasta ese lugar. Recibió un mensaje y lo leyó para luego preguntarle al chico—¿Cómo te sientes?

El rubio bufó —mejor que antes, supongo.

—sabes, me quedan...—se fijó la hora en su celular —2 horas. Podemos salir a beber algo en una cafetería.

Los ojitos de Nick brillaron. Era su cosa favorita en el mundo. Las meriendas en cafeterías, en especial una cerca de su hogar.

No podía ocultar su emoción y menos negarse—bien, vamos —se levantó feliz, al igual que Charlie.

Gracias Imogen.

acompañante terapéutico ; hearstopper Donde viven las historias. Descúbrelo ahora