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Apenas entraron al baño, Harry verificó que no hubiera nadie en los cubículos.

-¿Qué haces?

Al ver que no había nadie, Harry se acercó de nuevo a él y lo acorraló contra la pared.

-he pensado en lo que me has dicho.

-¿Qué?-intentó no tartamudear.

-ya sabes. Lo de ser pareja. De no ocultarte ante nadie. Poder abrazarte y besarte, tomar tu mano y caminar juntos frente a otros... Quiero eso, contigo y nadie más. Quiero que seas mío, de verás.

-no—respondió en seco.

-¿Qué?

-Harry, no. Creo que no me gustas—le dijo con toda su rabia.

Harry se separó de él y apoyó sus manos en los hombros de Nick. Lo miró directamente a los ojos.

—¿Qué dices? ¡Si a penas unos días me haz dicho que es lo que querías!—apretó el agarre.

—Harry—tartamudeo— me lastimas...—dijo como pudo.

—¡Vamos! Me vas a decir que te gusta ese tipo de rizos ¿O no? ¡¿O no?!

—¡No lo sé!— gritó.

—¡Admítelo!

—¡Sí Harry, me gusta él! ¡¿Y qué ?!—los dos se miraban desafiantes.

El silencio reinó entre ellos. Solo era audible sus respiraciones agitadas.

—eres un...

—soy una persona, Harry ¡Una persona que puede enamorarse de quién quiera!—al fin tomó valor y lo empujó con fuerza—no me mires ¡ni me vuelvas a hablar!—se salió del cuarto de baño y comenzó a llorar.

Caminó a un lado de su acompañante, quien lo vió lagrimear camino al campo de rugby, donde a veces se ocultaba a darse besos con Harry.

—¡Nick! ¡Nick!—el rubio no le hacía caso hasta que tomó asiento sobre el pasto.

Escondió su rostro entre sus rodillas y dejó caer todas su lágrimas.

—estoy...estoy bien—dijo.

—claro que no lo estás.... Cuéntame—le acarició la espalda.

—creo que me gusta alguien...

—no hay nada de malo en eso...sigue.

—si, es malo. Muy malo.

—pero ¿No me dirás por qué?—el menor negó.

—solo...solo abrázame —cerró sus ojos y dejó caer más lágrimas.

Charlie limpio las lagrimitas con la manga de su campera y con su brazo rodeó los hombros de Nick mientras miraban el cielo, no sin antes plantarle un beso en su cabello.

El rubio se sentía protegido, mas que nunca en su vida se había sentido desde la pérdida de su madre.

—Charl...

—¿Hmm?

—no creo que puedas verme nadar hoy—suspiró.

—¿Por qué?

—no tengo ánimos.

—no hay problema, otro día será —le dió otro besito.

acompañante terapéutico ; hearstopper Donde viven las historias. Descúbrelo ahora