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Charlie se acostó sobre la cama, dejando a Nick arriba de su cuerpo. Las manos del mayor se posaban en la cintura del contrario. Se miraban a los ojos con amor.

El rizado plantó un besito en la frente de su paciente, quién escondió su rostro en el cuello de aquel hombre. Podía sentir una sensación de seguridad y protección. Nunca se había enamorado ¿Es así cómo debía sentirse? Aquel cosquilleo en el estómago y las ganas de estar con Charlie todo el día, contarle con alegría sobre su día y besarlo a cada rato.
Dios santo, se estaba enamorando de alguien quién no debía. No era un amigo o algo así, era su acompañante terapéutico quién se hacía cargo de cuidarlo y acompañarlo en sus peores y mejores momentos. Además cabe destacar su edad. Casi 10 años de diferencia. Pero no podía importarle menos, lo quería en su vida.

Nick se separó del agarre. Se levantó de la cama, tomó rápidamente su celular de la mesa de luz y corrió al baño, dejando un Charlie confundido.

Sus manos temblaban. Estaba entrando en crisis por sus pensamientos y sabía que estaban sus amigas. Llamó a Tara. Quizá Darcy era buena pero sus consejos a veces apestaban.

—¿Nick? ¿Qué tal todo ahí con Charlie?

—nos besamos—dijo en seco.

—DIOS, SI. Lo que hizo Darcy sirvió.

—Tara, es mi acompañante terapéutico, no puedo permitir esto. No puedo enamorarme de él, además, ¡Mira nuestras edades! Y no quiero arruinar su trabajo, si alguien más se entera ¡Lo van a echar del trabajo!

—si lo amas de verdad, harás de todo para tenerlo cerca amigo.

—Tara, no ayudas.

—bueno, lo lamento si no escuchaste lo que querías.

La chica cortó la llamada. Nick suspiró y tiró de su cabello pensando. Unas lágrimas salían de sus ojitos.
De pronto, llamaron a la puerta.

—Nick ¿Todo en orden?—se escuchó la voz de Charlie.

—no—se escuchaba su voz entrecortada.

—¿Me dejás entrar?

Nick, sentado en el borde de la bañera lo pensó y se levantó para abrirle para luego volver al lugar donde estaba, tapando su rostro.

—oh, sigues llorando—cerró la puerta trás él y se acercó de cuclillas intentando apartar las manos que escondían el rostro de Nick para ver aquella mirada llena de lágrimas—cuentame, ¿Qué sucede?

—creo que me gustas—no dejaba de llorar—pero es estúpido, no quiero arruinar tu vida.

—¿Quién dijo que arruinarías mi vida? Nick—lo tomó de la mano—dame una oportunidad para hacerte feliz. Tenerte en mi vida me hará lo más feliz en este mundo. Se que la diferencia de edad es mucha quizá y que solo soy tu acompañante pero te juro que eres una maravilla.

—¿En serio?—tartamudeo. Charlie limpiaba las lágrimas de las mejillas.

—claro que sí. Déjame entrar en tu corazón y darte el amor que te mereces—tomó su mano y la besó delicadamente—hermoso.

acompañante terapéutico ; hearstopper Donde viven las historias. Descúbrelo ahora