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Nick mordía sus uñas de los nervios.
Los mensajes de Darcy no dejaban de llegar en su chat.

Darcy
Lamento lo que hice
Nick
Va a estar todo bien
Ya lo verás
Ese chico te quiere y tu lo quieres
Me lo agradeceras

Rodó los ojos y respiró profundo. Tomó asiento en el suelo, con la espalda sobre la puerta principal esperando a su "invitado".
Quería, sí. Quería que el hombre se quedara a dormir pero y ¿Sí Charlie le preguntaba el por qué de la invitación tan... repentina? Seguro lo llenaría de preguntas.

¿Sería correcto comentarle de aquello a Imogen? Quizá. Podría esperar un regalo hacia él o más que nada dal rizado por la diferencia de edad y que su deber era cuidarlo, acompañarlo, no tener un vínculo amoroso. ¡Pero que más da! Nick tiene 18, ya puede hacer lo que se le pinte, elegir qué hacer.
Así que soltó el celular y lo dejó caer. No le diría nada a su antigua acompañante, quizá no por el momento.

El timbre lo sacó de sus pensamientos. Nellie comenzó a ladrar hacía la puerta.

—¡Voy!—se levantó apurado.

Tomó aire con los ojos cerrados y acomodó su cabello y abrió la puerta con su mejor sonrisa.

—Charlie....—saludó contento.

—Nick, gusto verte de nuevo.

"Siempre es lindo verte" pensó en decir Nick.

—pasa, puedes dejar tu mochila en el sillón.—se hizo a un lado para dejarlo entrar. Charlie asintió feliz y obedeció.

—y... entonces ¿Qué hacías?— miraba los cuadros de la casa.

—nada, reflexionaba sobre algunas cosas.

Nellie se acercó al rizado y lo olfateaba contenta. El chico le daba caricias en la cabecita.

—se que es temprano, o quizá no para tí. Pero podemos empezar a cocinar—encendió el televisor para poner música alternativa.

—claro pero—fue hasta su mochila y sacó un recipiente —dejalo en la heladera.

—¿Qué hay?

—brownies locos—El rostro de sorpresa de Nick le dió risa al rizado—es mentira, es un postre. Ya verás luego de comer.

—vaya—fue al refrigerador en la cocina—Igual me hubiera gustado comer esos brownies—dejó allí guardado el recipiente.

Desde la cocina se escuchó la risa de Charlie, quién también caminó hacia ese lugar—¿Qué haremos?—preguntó viendo al menor sacar ingredientes de la alacena y la heladera —veo que esta vez si compraste las cosas para cocinar.

—sip, haremos pizza. Es rico, rápido y fácil — lo miró a Charlie y le tocó la punta de la nariz. Este sonrió.

Luego de una pequeña discusión en quién amasaba los ingredientes y quién lavaba los trastes, se decidieron. Charlie se ocupaba de la masa, Nick de la limpieza.

Se habían divertido, juntos, mientras la música los acompañaba. En un momento el rizado le llenó la cara de harina al rubio, provocando risas entre ellos.

Al dejar levar la masa, prepararon la salsa y salieron a comprar queso al supermercado. Al final, Nick se había olvidado de eso.
Iban a comprar helado, pero Charlie insistió en que no ya que él se había encargado del postre.

Pudieron terminar de cocinar a eso de las 8 p.m.
Tomaron la comida y fueron al cuarto de Nick para acomodarse y ver una película.

acompañante terapéutico ; hearstopper Donde viven las historias. Descúbrelo ahora