🐺 CAPITULO 18: Las discusiones duelen.🐉

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Arya a veces se pregunta cómo terminó su vida así. Si en su vida anterior le hubieran preguntado si quería volar en un dragón gigante cuando era más joven, se habría sentido extasiada.

Ahora, mientras se acercaba a un enorme dragón que estaba siendo arrastrado, Laena estaba ansiosa por que Arya finalmente pudiera viajar con ella.

Laena y Laenor se habían quedado en Desembarco del Rey durante un tiempo, prometiendo regresar a Driftmark en otro momento.

Arya no había podido porque Alicent había entrado en labor de parto, y Arya se quedó con ella hasta que estuvo fuera de peligro.

Una niña sana llamada Helena. Al igual que con Aegon, Arya la amó desde el momento en que la vio.

—No te morderá —susurra Laena.

Los guardianes de los dragones los dejan solos.

—Podría ser —susurra Arya.

Laena se ríe y luego se dirige a Vhagar. Dice algo en valyrio que Arya no entiende bien.

Luego le hace una seña a Arya para que se acerque. El dragón apenas levanta la cabeza cuando ella se acerca.

Laena toma su mano y la coloca sobre el cuello del dragón. Puede sentir los latidos de su corazón.

Arya siempre había pensado que su final sería muy triste. Murió a causa de una guerra entre familiares.

Laena la ayuda a levantarse y luego se sube detrás de ella.

—No muy cerca —grita una voz.

Arya apenas podía oírlo por encima de los sonidos del Pozo del Dragón.

Ella vio que a cierta distancia estaban Daemon y Caraxes, quien los miraba con el ceño fruncido.

—Necesito estar cerca para que no se caiga —grita Laena.

Vhagar resopla y Laena rodea a Arya con uno de sus brazos mientras agarra las riendas.

Se van con un grito.

A Arya le encanta volar, le encanta todo lo relacionado con ello.

Siente que Laena apoya su cabeza en el hombro de Arya.

Oyen un rugido.

Es Daemon en Caraxes. Pasa volando junto a ellos.

—No interrumpo su tiempo —se queja Laena.

“¿Lista para una carrera?” susurra Laena.

Arya pone los ojos en blanco ante sus payasadas y se mueven. Vhagar es grande, pero Caraxes es rápido.

A Arya le encanta la sensación del viento en la cara. Caraxes pasa y ella puede ver a Daemon riendo.

Ella no puede evitar reírse también. Siente a Laena reír detrás de ella.

Se sumergieron en el agua y el ala de Vhagar tocó la superficie y Arya pudo sentir las gotas de agua golpear sus mejillas.

Caraxes vuela en círculos sobre ellos.

Finalmente, regresan y aterrizan. Daemon aterriza casi tan pronto como ellos.

Laena la ayuda a bajarse de Vhagar y tan pronto como se alejan lo suficiente, Daemon aparece junto a Arya.

—Estás interrumpiendo nuestro tiempo —dice Laena.

Daemon les sonríe.

“Yo estaba simplemente volando Caraxes al mismo tiempo que tú. Casualmente íbamos en la misma dirección”, dice.

 𝐔𝐧𝐚 𝐦𝐚𝐧𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐝𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐲 𝐮𝐧 𝐥𝐨𝐛𝐨.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora