Obscura Obsesión / Chris Evans

54. Cuando tu no estas

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Organizar la fiesta de Año Nuevo en la mansión de los Evans es una tarea emocionante y, al mismo tiempo, un desafío. Desde que Chris y yo decidimos que sería una celebración íntima con nuestros amigos más cercanos, supe que quería que todo fuera perfecto, no es solo una fiesta, es la oportunidad de reunir a las personas más importantes en nuestras vidas y despedir el año con estilo.

Lenny, siempre atento y dispuesto a ayudar, se ha convertido en mi cómplice en todo esto. Desde que se enteró de que estaba planeando la fiesta, se ofreció para encargarse de los detalles más complicados, asegurándose de que todo salga sin contratiempos.

— ¿Qué te parece si colocamos las mesas en la terraza? — sugiere Lenny, mientras revisa una lista de pendientes en su tablet.

— Me parece perfecto — respondo, asintiendo— Así tendremos una vista espectacular de los fuegos artificiales a la medianoche.

— Y podemos agregar algunas luces más para crear un ambiente acogedor — añade él, ya visualizando cómo quedará todo— Las linternas de papel quedarán geniales colgando entre los árboles.

— Me encanta la idea — digo con una sonrisa, sintiendo cómo la emoción empieza a crecer dentro de mí— Quiero que todos se sientan especiales esta noche, es el primer Año Nuevo que celebro con Chris, y quiero que sea memorable.

Nos tomamos un momento para observar el salón principal, que ya está casi listo, el árbol de Navidad aún se erige imponente en la esquina, pero ahora está acompañado por un escenario para la música en vivo y una pista de baile en el centro. Las mesas están dispuestas en un semicírculo, dejando espacio suficiente para que todos se reúnan sin sentirse apretados.

— Creo que hemos terminado con todo — dice Lenny, bajando su tablet— Solo falta que lleguen los invitados.

— Y que yo me cambie de ropa — digo, mirando mi atuendo casual— No puedo recibirlos vestida así.

— Entonces, adelante — dice él con una sonrisa— Yo me encargaré de los últimos detalles.

Escogi un vestido dorado de lenteguelas, queria verme hermosa, digna para Chris, cuando me ponia los aretes lo vi entras usando un traje elegante y hermoso justo como me gusta, se ve tan guapo, le sonrio a traves del espejo.

Me inclino ligeramente hacia el espejo, ajustando los pendientes brillantes que complementan mi vestido dorado de lentejuelas, quiero verme hermosa esta noche, digna de Chris y de la celebración que hemos planeado, el vestido se ajusta a mis curvas de una manera que me hace sentir segura y deslumbrante, como si la tela dorada fuera una extensión de mi propia luz.

Mientras termino de colocar el segundo arete, veo a Chris entrar en la habitación a través del reflejo del espejo, su presencia es imposible de ignorar, está vestido con un traje negro elegante, perfectamente ajustado a su cuerpo, con una camisa blanca inmaculada y una corbata delgada que le da un toque moderno. Es justo como me gusta, y no puedo evitar que una sonrisa ilumine mi rostro al verlo tan guapo.

— Te ves... — murmura él, su voz baja y cargada de deseo— No tengo palabras para describir lo hermosa que estás.

Me giro lentamente, dejando que el vestido acaricie mis piernas mientras camino hacia él. Su mirada recorre mi cuerpo con una intensidad que hace que mi corazón lata más rápido, y cuando estoy lo suficientemente cerca, siento el calor de su cuerpo mezclarse con el mío. Levanto una mano para acariciar su mejilla, y él cierra los ojos por un instante, disfrutando de mi toque.

— Y tú te ves increíblemente apuesto — respondo en un susurro, sintiendo cómo la atmósfera entre nosotros cambia, volviéndose más densa, más cargada de electricidad.