57. Como la primera vez

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El ambiente en el restaurante cambió en un instante, el sonido del tenedor de Chris cayendo al plato resonó como un eco en mi mente, sus ojos, normalmente calmados y controlados, se tensaron al escuchar el nombre de Hardy.

- ¿Estuviste con él? - su tono era bajo, cargado de incredulidad.

Tomé un sorbo de mi jugo, tratando de mantener la compostura, pero era imposible ignorar la tensión en el cuerpo de Chris, sabía que mencionar a Hardy lo enfurecería.

- Sí, hablé con él - confesé, sin rodeos. - Apareció de la nada y quería... quería saber cómo estábamos... cómo iba todo - respondí.

Chris dejó escapar una risa seca, amarga.

- ¿Cómo estamos? - repitió, burlón. - ¿Y tú le contestaste con qué?

- Solo hablamos, Chris - aclaré, sintiendo cómo sus celos crecían. - No le di ningún detalle importante.

- Solo hablaron, claro. - Chris se reclinó en la silla, cruzando los brazos. - Y seguro él estaba encantado de escuchar cada palabra. Hardy no quiere "saber cómo estamos", quiere meterse donde no lo llaman, como siempre lo ha hecho.

- No fue así - respondí, irritada por su tono acusador - Hace años no sabemos nada.

- ¿No fue así? ¿Y cómo fue, entonces? ¿Te vio, te sonrió y todo estuvo bien? Vamos, ____. No soy estúpido. Sé perfectamente lo que ese maldito quiere. - Sus ojos me miraban con una mezcla de celos y desafío. - No es solo saber como estas, es a ti.

Lo miré, sorprendida por la intensidad de sus palabras, sabía que Chris era sobreprotector, pero esto era diferente. Esto iba más allá de la simple preocupación.

- No soy ningún trofeo para nadie - respondí irritada por la insinuación. - No soy algo que pueda ganar o arrebatar.

Chris se inclinó hacia adelante, con sus ojos clavados en los míos.

- No es solo eso, ____, sabes que quiere... es solo un juego para él. Te quiere para provocarme, para demostrar que puede... acercarse. Y lo peor de todo es que tú le diste esa oportunidad.

- ¡Yo no le di nada! - respondí, levantando un poco la voz. - Fue una conversación, Chris. No me acerqué a él, no le di ninguna señal, si está intentando algo, es asunto de él, llevo tres años contigo ¿como puedes dudar?.

Chris se levantó de su silla de golpe, caminando alrededor de la mesa, tratando de controlar su enojo, no le importo que hubiera gente, sabía que había tocado un punto sensible.

- No quiero que lo vuelvas a ver - dijo finalmente - No me importa lo que quiera, no me importa lo que haga, no quiero que estés cerca de él. ¿Entiendes?

Me levanté también, sintiendo mi propia frustración.

- ¿Y ahora vas a controlar con quién puedo o no hablar? - respondí con sarcasmo. - ¡No soy una niña, Chris! Puedo manejarlo - tomo mi bolso y salgo de ahí mientras el me sigue hasta el coche.

- No estoy diciendo que no puedas manejarlo - replicó, acercándose más a mí- Estoy diciendo que no quiero que estés cerca de él, porque me enloquece la idea de que ese bastardo se acerque a ti - su tono tan bajo que casi parecía un gruñido - Te dejo más que claro la ultima vez lo que queria.

Sus ojos brillaban de celos, y por un momento me di cuenta de cuán profundo era su miedo de perderme.

- Chris... - suspiré, intentando suavizar la situación. - No quiero a Hardy, no quiero a nadie más que no seas tu, pero necesito que confíes en mí.

Obscura Obsesión / Chris EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora