Corazones rojos (Furry 3)

XXV La noche oscura.

En la mesa larga del presidente se encontraban algunos hombres y bestias hablando.

Oblonsky: tengo otro tengo otro.--- se seca la lágrima.

Barbour: a ver, cúentalo.

Oblonsky: llega un padre y le dice a su hijo
-- hijo, has visto el puñal que estaba aquí?
Y el hijo responde que lo cambió con otro chico del patio trasero por un reloj.
---hijo- es un buen reloj pero no te servirá, porque en la noche entrarán unos matones, me mataran a mí, a tu madre y a tu hermana, y sabes que pasará después?

Procede el chico a ponerse delante de los asaltantes con su muñeca mostrando el reloj.
--- buenas noches, hoy en moscow, son las 12:00 am de la madrugada.

  Oblonsky suelta una risa rancia como si se ahogara.

Barbour: no puedo creerlo, jsjsjs

Oblonsky: tengo otro.

  Antes de contarlo, los chicos avisan a los oficiales de que Kieref y Adrei se estaban peleando a puño limpio en el balcón del segundo piso.
  Todos fueron a ver el alboroto mientras  los músicos aún tocaban la música.

  Ambos del mismo bando, mismo país y mismo idioma, se peleaban a puño limpio sobre el balcón, los gruñidos y golpes resonaban a varios metros de distancia. Antes de que pasara una tragedia, Oblonsky, Rasul y algunos guardias llegaron en presencia para separarlos pero ya era demasiado tarde, ambos cayeron del segundo piso hacia la acolchada nieve  de la mansión.

Ob: vayan! Vayan! Vayan!--- dice mientras intenta correr con semejante barriga de barril

Adrei: no es verdad! Todo menos eso!--- recupera la compostura en una posición desafiante.

Kieref: superarlo mocoso, no hah nada que vayas a poder hacer, debiste morir hace mucho tiempo en ese bosque como me lo habían informado. No eres mas que una amenaza, una marioneta que en la mano correcta te ponga por el buen camino.

Adrei: cierre esa maldita boca!--- corrió para embestirlo.

  Pese a que Kieref era un tigre de Bengala, el doble de alto y el doble de pesado que el perro Husky, Adrei lo empujaba con fuerza.
  Kieref le propicio un fuerte rodillazo en el estómago con tal de detenerlo, lo cual logró obtener.

  Para cuando la ayuda llegó, Kieref ya tenía a Adrei suspendido en el aire con un solo brazo, el pobre híbrido se retorcía tratando de safarse hasta que poco a poco dejaba de moverse.

Rasul: suelta al muchacho, ya no se mueve!--- gritó el leopardo.

En cuanto Kieref soltó al chico, esta cayó como costal de papa, no sin antes reincorporarse y morder la mano de Kieref con mucha fuerza.

Kieref: Aaah!! Perro bastardo malnacido!--- el tigre ruge con fuerza para luego clavar sus colmillos en el hombro del chico.

  El pobre perro nisiquiera grito para abrir la boca, sino que siguió apretando la mandí ula con ferocidad sin soltar la mano, podía sentir.ñ como esos colmillos llegaban a sus huesos, que en cualquier momento podría perder su brazo por desafiar a un superior y mas a un veterano.

Rasul: suelta al chico, ¡Ya!--- le apunta con un revolver.

  Oblonsky le da un fuerte golpe al chico con su arma para noquearlo, logrando que soltara la mano, pero quien aún no soltaba a su presa ni desistía en abrir la boca era Kieref. Mostraba ira en sus ojos, cansado miró como los invitados lo miraban desde la ventana, todos observaban que un superior trataba al futuro de Rusia como una presa.