07.

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Con un bufido, Vegeta avanzó entre la multitud, captando la atención de todos a su paso: — ¡Muévanse! ¡Déjenme pasar! —ordenó con firmeza, desorientando a quienes lo rodeaban.

Una vez que se despejó un espacio lo suficientemente grande, Vegeta extrajo un estuche de uno de sus bolsillos y, con un movimiento rápido, lanzó una pequeña cápsula. En cuestión de segundos, un imponente banquete repleto de alimentos y bebidas se materializó ante ellos, dejando a todos boquiabiertos.

—Papá, esto...

—No te confundas, no fue idea mía. Bulma me pidió que lo trajera. —se apresuró a aclarar Vegeta, lanzando el estuche que Yuna atrapó con destreza. — Ahí tienes algunas más. Úsalas como mejor te parezca.

—Entendido, gracias. — murmuró Yuna, mientras se alejaba un poco para entregarle el estuche a Daiki, antes de dirigir su mirada al resto. Todos parecían recelosos ante la situación. — ¿Qué esperan? Adelante, coman. Se han ganado un buen descanso después de todo lo que han vivido.

—¡La señorita Yuna tiene razón! — intervino un soldado, el soldado que los había guiado hasta allí. — ¡Aprovechemos este banquete!

La multitud celebró y, sorprendentemente, se acercaron a la comida de manera organizada, distribuyéndola entre ellos. Mientras tanto, los cinco saiyajin se apartaron a una esquina más tranquila.

—Hay varias personas heridas. —comentó Yuna, levantándose. — Voy a ofrecerles ayuda.

Yune, mientras tanto, se acercó a Daiki, que parecía pensativo: —Daiki, ¿verdad?

—¿Que necesitas?—respondió con seriedad, viendo a la gente disfrutando la comida.

—¿Alguna vez has pensado en lo difícil que es llevar ciertos sentimientos dentro de ti? —preguntó en voz baja, casi susurrando. — Especialmente cuando esas emociones parecen no tener lugar en un mundo como este...

Daiki la miró con seriedad, pero antes de que pudiera responder, un soldado interrumpió, llamando su atención: — Daiki, necesito que reúnas a los soldados en diez minutos. Yuna y Trunks tienen que irse pronto.

Daiki asintió: —Sí.

Trunks observó a Yuna mirando a una mujer con su hija, ambas disfrutando del banquete que tenían, rápidamente se acercó a ella:—Vamos a la oficina, creo que podríamos necesitar más para lo que viene.

—Ujum...—respondió ella, todavía viéndolas pero la mano de Trunks en su brazo la hizo reaccionar.

Ambos comenzaron a buscar entre las provisiones que Yuna había acumulado en la oficina. Trunks observó cómo Yuna revisaba meticulosamente cada rincón, decidida en su tarea.

—Ayer, mientras me quedé en casa de mi madre, apareció Número diecisiete. —comenzó Yuna. — No me lo esperaba, pero ahora parece que él es la pareja de mi madre.

Trunks la miró con sorpresa, pero mantuvo el silencio. Conocía el carácter de Yuna, y comprendía que había algo más profundo detrás de su frialdad.

—Eso es... inesperado. —comentó Trunks. — ¿Te sientes bien?

Yuna se detuvo un momento, su expresión se suavizó ligeramente mientras se frotaba el abdomen con una mano, como si intentara consolarse: —Es complicado. No es fácil enfrentar lo que he dejado atrás... algunas cosas quedaron inconclusas, y a veces parece que los sacrificios no tuvieron sentido. A pesar de todo, seguimos adelante, intentando hacer lo mejor que podemos.

Trunks la observó, captando la emoción detrás de sus palabras. Se acercó a ella con un gesto de apoyo, colocando una mano en su hombro:— Todos enfrentamos dificultades. Lo importante es cómo seguimos adelante, a pesar de lo que hemos pasado. Estás haciendo lo correcto, y estoy aquí para ayudarte.

𝐁𝐎𝐑𝐍 𝐓𝐎 𝐁𝐄  ✦ 𝐓𝐑𝐔𝐍𝐊𝐒 𝐁. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora