𝐁𝐎𝐑𝐍 𝐓𝐎 𝐁𝐄 ✦ 𝐓𝐑𝐔𝐍𝐊𝐒 𝐁.

13.

Black, listo para lanzar un ataque directamente hacia Yune, no previó que Yuna se interpusiera en el camino, recibiendo el impacto completo a una distancia peligrosa, lo que la hizo soltar un desgarrador grito de dolor.

El cuerpo de Yuna colisionó contra el de su madre, con esfuerzo y claramente angustiada, trataba de levantarse.

En ese momento Yuna comenzó a hablar rápidamente, con desesperación. —No puedes darte por... vencida. ¡Tienes que seguir p-peleando! ¡Mamá!... —las palabras salían atropelladas, llenas de angustia. Sin embargo, eran lentas, debido a su herida.

—Mamá... —continuaba, con su desesperación palpable, aunque sus palabras parecían confundir más que ayudar.

Trunks sintió el ki de ambas desplomarse de repente y, sin dudarlo, llegó al lado de Yuna lo más rápido que pudo. Al verla en el suelo, su mente se llenó de recuerdos del momento en que la había encontrado antes, ese día donde perdió todo. Un dolor agudo lo atravesó, la misma impotencia regresó, aplastándolo.

Una sensación abrasadora recorrió sus venas. Era casi insoportable, nublaba su juicio y aceleraba su respiración. Mientras miraba a Yuna, en medio del caos, incapaz de contener la angustia que lo devoraba, hasta que sus piernas cedieron y cayó de rodillas.

Trunks trató de regular su respiración, de domar el torbellino de emociones que lo invadía: la ira, la impotencia, el caos.

No había podido protegerla. Yuna había sido herida. El peso del mundo estaba sobre sus hombros, y ella... era todo para él.

Y no pudo hacer nada.

Otra vez.

Tenía que volverse más fuerte. Tenía que derrotar a Black. Tenía que destruir a Zamas. Un deseo implacable, alimentado por su furia, lo empujaba a aniquilarlos, a hacer que cada rastro de sus existencias desapareciera para siempre.

El impacto de su puño contra el suelo fue el detonante de todo. De repente, todos los presentes en la batalla pudieron sentir un descomunal aumento de energía, y una luz cegadora estalló desde ese punto, con Trunks como el epicentro de ese poder incontrolable, captando la atención de sus enemigos. Cuando la luz comenzó a desvanecerse, lograron distinguir su silueta avanzando.

Su cabello completamente dorado, sus ojos blancos, cegados por la furia, su cuerpo notablemente fortalecido, y sus pasos firmes que agrietaban el suelo bajo sus pies, mientras un poder abrumador irradiaba de cada poro de su ser.

—¡Black!

Su voz resonó casi como el rugido de una bestia furiosa, lista para destrozar a su presa.

—¡Maldito...! —bramó con ira. — ¡Yo seré quien te destruya!

—¿Crees que puedes vencerme? —se rió Black, preparándose para el enfrentamiento. — ¡Será mejor que lo demuestres, miserable y patético saiyajin!

El rugido de furia de Trunks sacudió la tierra, y en un abrir y cerrar de ojos, se lanzó con toda su potencia hacia Black, quien bloqueó el golpe usando su rodilla, frenándolo solo por un instante antes de devolverle el ataque con una velocidad y fuerza asombrosas, logrando desestabilizarlo brevemente.

— ¿Q-Qué...?

Sin perder un segundo, el joven guerrero sujetó a Black con firmeza, pero este se liberó con una patada, y pronto ambos comenzaron a intercambiar golpes a una velocidad casi imposible de seguir, hasta que finalmente Zamas, quien había estado observando la pelea al principio, se unió a su compañero para lanzar un ataque sincronizado, superando la fuerza de Trunks.

—Un mortal rebelándose contra un dios. —declaró Black, y entonces ambos dispararon dos potentes ráfagas de ki en su dirección, creando un gigantesco ataque combinado.