14.

128 14 0
                                    

Yune, Yuna y su versión futura estaban en la cocina, moviéndose en una especie de danza silenciosa mientras preparaban la cena. Los cuchillos cortaban verduras con agilidad, el agua hervía con calma en la olla, y el olor a especias llenaba el aire. Sin embargo, algo en el ambiente pesaba más de lo normal.

Yuna, más callada de lo habitual, se mantenía con la mirada perdida en la sartén que removía lentamente. Su semblante parecía cansado, cargado de pensamientos, mientras observaba cómo el vapor subía lentamente ante sus ojos. A su lado, La pequeña intentaba seguir el ritmo de su madre, llena de energía, colocando los platos en la mesa con un entusiasmo que contrastaba fuertemente con la melancolía de su yo mayor.

Yune, mientras tanto, notaba cada detalle. Su conexión con ambas, especialmente con Yuna del futuro, hacía imposible que pasara por alto el peso de lo que ella cargaba. Estaba por decir algo cuando, de repente, la puerta se abrió de golpe.

—¡Yune! —la voz grave resonó en la casa mientras el hombre entraba sin mucha ceremonia. Tenía el ceño fruncido, claramente molesto—. ¿Por qué diablos Bulma me tuvo que llamar a mí para decirme que Yuna había regresado? ¿Es que ya no te tomas ni un segundo para avisar a tus amigos cuando algo importante pasa? ¡Que viva casi del otro lado del mundo no significa que no me puedas hablar!

Yune giró lentamente, sin poder evitar sonreír ante el enfado de su amigo.

—Ah, Yuta, ya sabes cómo soy... Ni me dio tiempo. Apenas llegamos y nos pusimos a cocinar. ¿Qué tal si te relajas y te sientas? —dijo con su característico tono entre serio y burlón, encogiéndose de hombros con indiferencia.

La niña, siempre atenta a la dinámica de los adultos, no pudo evitar intervenir, asomando la cabeza por detrás de su madre.

—¡Sí, Yuta-san! Además, ¡la comida ya casi está lista! Mejor te quedas y comes con nosotras, ¿no crees? —dijo con una sonrisa pícara.

Yuta frunció el ceño, enfocándose en la pequeña.

—¿Y ahora tú también? ¡Esto es lo que pasa cuando te juntas demasiado con tu madre y Goku! —gruñó, pero había un brillo de humor en sus ojos.

Yuna pequeña soltó una risita antes de salir corriendo, burlándose juguetonamente de él.

—¡Ven a atraparme si puedes, Yuta-san! —gritó mientras corría por el pasillo.

—¡Oye, mocosa! —respondió Yuta, fingiendo molestia mientras la seguía, dejando un rastro de pasos pesados a lo largo de la casa—. ¡Ya verás cuando te atrape!

El sonido de risas y pasos corriendo por el piso llenó la casa mientras Yuta perseguía a Yuna hasta su habitación, donde ambos terminaron enfrascados en una "pelea" inofensiva de almohadazos y carcajadas.

Después de segundos se silencio, Yune tomó aire lentamente, buscando las palabras correctas.

—Yuna... —comenzó, manteniendo su voz baja, casi susurrante—. Antes de que todo se desvaneciera... cuando Black me atacó... escuché algo. Algo sobre un hijo.

El cuerpo de Yuna se tensó de inmediato. Su mano, que aún sujetaba la sartén, se detuvo por completo. No había esperado que su madre mencionara eso, no aquí, no ahora. Durante un instante, pareció debatirse entre ignorar el comentario o enfrentarlo. Finalmente, soltó el mango de la sartén y apartó la mirada, mordiéndose el labio inferior.

—¿Lo escuchaste...? —murmuró, aunque no sonaba como una pregunta. Más bien, era una confirmación de lo que ella temía.

Yune asintió en silencio, sin presionarla, dejando que Yuna hablara a su propio ritmo.

𝐁𝐎𝐑𝐍 𝐓𝐎 𝐁𝐄  ✦ 𝐓𝐑𝐔𝐍𝐊𝐒 𝐁. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora