10:El Precio del Silencio

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El miedo había comenzado a dominar cada aspecto de mi vida. Después de lo que sucedió con Bakugou, ya no podía siquiera pensar en mirarlo a la cara. La idea de volver a la escuela, de enfrentarme a él, era demasiado abrumadora. Cada vez que pensaba en esos momentos, mi corazón se aceleraba, y un nudo se formaba en mi estómago, dejándome incapaz de moverme.

Había pasado días encerrada en mi habitación, evitando todo contacto con el mundo exterior. Cada vez que mi madre preguntaba por qué no quería ir a la escuela, inventaba excusas, pero sabía que no podría seguir así para siempre. No podía dejar de revivir en mi mente lo que había pasado, las palabras que me dijo, el modo en que me tocó...

Una tarde, mientras yacía en mi cama, sintiendo el peso de la ansiedad en mi pecho, oí que alguien llamaba a la puerta. Me sobresalté, el sonido resonando en el silencio de la casa. Mi madre abrió, y pude escuchar su voz conversando con alguien. El nombre "Izuku" flotó hasta mis oídos, y mi corazón se contrajo.

Izuku había estado viniendo a verme con frecuencia. Estaba preocupado, eso era evidente. No sabía qué excusa iba a darle esta vez, pero no tenía la fuerza para enfrentarlo tampoco.

Kaomi, Izuku está aquí —dijo mi madre, asomándose por la puerta.

Dile que no me siento bien... que no puedo verlo hoy —respondí, mi voz apenas un susurro.

Mi madre suspiró y volvió al vestíbulo. Escuché cómo le explicaba a Izuku que no podía recibir visitas, y después, sus pasos alejándose. Me acurruqué en mi cama, sintiéndome más sola que nunca.

La verdad era que, aunque agradecía su preocupación, no sabía cómo manejarla. Izuku merecía saber lo que estaba pasando, pero cada vez que intentaba hablar del tema, las palabras se me quedaban atrapadas en la garganta.

Las noches eran las peores. En la oscuridad, los recuerdos volvían con fuerza. Cada toque, cada palabra vulgar de Bakugou se repetían en mi mente, torturándome. A veces, podía sentir su mano en mi piel, y el pánico me envolvía, dejándome sin aliento.

Una mañana, me desperté con los ojos hinchados y la garganta seca por haber llorado tanto la noche anterior. Sentía el pecho pesado, como si una gran piedra se hubiera instalado allí, impidiéndome respirar con normalidad.

No podía seguir así. Tenía que hacer algo. Pero, ¿qué podía hacer? ¿Contarle a alguien? ¿Enfrentar a Bakugou? La sola idea me aterrorizaba. Y, sin embargo, no podía seguir evitando la realidad para siempre.

Los días pasaban, y cada vez que veía a Izuku, su preocupación crecía. Sus visitas se hicieron más frecuentes, y aunque seguía sin poder hablar del tema, su presencia me reconfortaba de alguna manera. Sabía que, a pesar de todo, no estaba sola.

Pero el miedo seguía allí, latente, como una sombra oscura que amenazaba con consumir todo a su paso. No podía dejar que Bakugou ganara, no podía permitir que controlara mi vida de esta manera.

Un día, mientras estaba en casa, escuché nuevamente la puerta. Esta vez, me forcé a salir de mi habitación. Sabía que era Izuku, y tenía que enfrentarme a él, tenía que tratar de hablar. Al menos, tenía que intentarlo.

Cuando llegué al vestíbulo, allí estaba, con esa expresión preocupada que me hacía sentir tan culpable. Me miró con esos ojos llenos de amabilidad, y sentí cómo una oleada de emociones me inundaba.

Kaomi, ¿qué está pasando? —preguntó, su voz suave pero firme—. Me estás preocupando mucho.

Tragué saliva, mi corazón latiendo con fuerza. No podía seguir escondiéndome. No de él. Pero al mismo tiempo, no sabía cómo empezar.

Izuku, yo... —empecé, pero las palabras se me quedaron atascadas en la garganta.

Se acercó un poco más, su expresión de preocupación se intensificó.

Lo que sea, estoy aquí para ayudarte. No tienes que enfrentarlo sola.

Esas palabras rompieron algo dentro de mí. Me sentí abrumada por una mezcla de gratitud y miedo, y antes de que pudiera detenerme, las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos. Izuku no dijo nada, simplemente me abrazó, y en ese momento, supe que podía confiar en él.

El Precio de las cicatricesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora