El salón de clases estaba inundado de un bullicio suave, el sonido de lápices raspando contra el papel y murmullos ocasionales llenaban el aire. La maestra había anunciado la actividad de hoy: escribir nuestro proyecto de vida. Un ejercicio que, según ella, nos ayudaría a visualizar nuestro futuro y establecer metas claras para cuando nos graduáramos. Todos parecían emocionados o, al menos, interesados. Todos excepto yo.
Miré el papel en blanco frente a mí. Las palabras "Proyecto de Vida" encabezaban la hoja, esperando ser seguidas por sueños, planes, aspiraciones. Pero mi mente estaba completamente vacía. No había nada que pudiera escribir. No porque no supiera qué decir, sino porque no había pensado en ello. ¿Qué quería hacer con mi vida? ¿Qué esperaba lograr después de graduarme? ¿Tenía siquiera un sueño?
Mientras los demás se inclinaban sobre sus escritorios, escribiendo con entusiasmo, yo solo podía mirar la hoja en blanco con creciente desesperación. Mis dedos temblaban ligeramente mientras sostenía el lápiz, pero no podía moverme. Era como si algo en mí se hubiera roto, dejándome incapaz de avanzar.
"¿Qué estoy haciendo?"
El pensamiento se coló en mi mente, frío y cortante. Había pasado tanto tiempo preocupándome por Bakugou, tratando de evitar sus miradas, sus burlas, sus toques indeseados, que me había olvidado de todo lo demás. Mi vida se había reducido a sobrevivir el día a día, a tratar de mantenerme invisible para él. Pero ahora, mientras miraba ese papel en blanco, me di cuenta de que había perdido el rumbo. No tenía un plan, no tenía un objetivo. Y lo peor de todo, no sabía quién era yo fuera de todo este caos.
El corazón comenzó a latirme con fuerza en el pecho, y un nudo se formó en mi garganta. Sentí los ojos de la maestra sobre mí, como si pudiera ver a través de mí, como si supiera que no tenía nada que escribir. Pero cuando levanté la vista, vi que estaba ocupada ayudando a otro estudiante, completamente ajena a mi tormento interno.
Tomé una respiración profunda, intentando calmarme." Vamos, Kaomi", me dije a mí misma, solo escribe algo, cualquier cosa. Pero el vacío en mi mente persistió. ¿Qué quería hacer? ¿Qué había soñado alguna vez?
Los recuerdos de cuando era niña, antes de todo esto, cuando Bakugou y yo éramos amigos, me inundaron. Había soñado con ser algo grande, algo que hiciera una diferencia en el mundo. Pero esos sueños parecían tan lejanos ahora, casi irreales. Habían sido sustituidos por el miedo, la inseguridad, y la sensación constante de estar perdida.
El tiempo pasó, y el papel seguía en blanco. Comencé a sentir pánico. ¿Qué rayos estoy haciendo? ¿Cómo pude llegar hasta aquí sin un plan? La realidad me golpeó como una ola implacable: había dejado que Bakugou me definiera, que su abuso y mi temor me consumieran, y había perdido de vista mi futuro. No tenía un proyecto de vida porque había estado demasiado ocupada sobreviviendo.
No puedo seguir así. Esa fue la primera vez que lo pensé con tanta claridad. No puedo dejar que mi vida siga siendo un reflejo de mi miedo, de mi dolor. Tenía que cambiar. Algo tenía que cambiar. No podía seguir siendo la chica que temía cada día, que se escondía en las sombras, que se había olvidado de lo que era soñar.
Mis ojos se llenaron de lágrimas, pero parpadeé rápidamente para alejarlas. No podía llorar aquí, no frente a todos. No quería que nadie supiera lo que estaba pasando por mi mente. Pero por dentro, sentía como si estuviera cayendo en un abismo sin fondo, un abismo que yo misma había cavado al no enfrentar mi realidad.
"No más."
Con manos temblorosas, finalmente moví el lápiz sobre el papel. No sabía exactamente qué iba a escribir, pero sabía que tenía que empezar en algún lugar. Comencé con lo poco que sabía, con lo que estaba segura:
"Quiero cambiar mi vida. Quiero encontrar algo que me apasione, algo que me dé un propósito, algo que me haga sentir viva otra vez..."
Escribir esas palabras fue como liberar una presa. Las lágrimas que había estado conteniendo comenzaron a rodar por mis mejillas, y tuve que inclinarme sobre el papel para que nadie las notara. Pero seguí escribiendo, a pesar de la vista borrosa y el dolor en mi pecho.
"Quiero dejar de tener miedo. Quiero dejar de ser definida por lo que otros me han hecho. Quiero ser fuerte, quiero ser alguien que no se quiebre bajo la presión, alguien que no deje que su vida sea controlada por el miedo o la inseguridad. Quiero encontrar mi camino, incluso si no sé por dónde empezar."
Las palabras salieron torpes, desordenadas, pero eran mías. Y mientras escribía, sentí una chispa de algo que había olvidado hacía mucho tiempo: esperanza. No era mucho, pero era algo. Algo que me impulsaba a seguir adelante, a no rendirme.
Cuando terminé, miré el papel. No era un proyecto de vida en el sentido tradicional. No tenía metas claras, ni planes definidos. Pero era un comienzo. Era el primer paso hacia algo diferente, algo mejor.
Me limpié las lágrimas rápidamente, antes de que alguien pudiera verme. La maestra se acercó, revisando lo que cada uno de nosotros había escrito. Cuando llegó a mi escritorio, me miró con una sonrisa suave, pero no dijo nada. Solo asintió, como si entendiera que lo que había escrito era importante, aunque no lo comentara en voz alta.
Mientras recogía mis cosas al final de la clase, sentí una determinación renovada. No sabía cómo, ni cuándo, pero sabía que tenía que cambiar mi vida. No podía seguir así, atrapada en este ciclo interminable de miedo y desesperación. Tenía que encontrar la manera de salir adelante, de construir algo para mí, algo que no tuviera nada que ver con Bakugou o con el pasado.
El primer paso sería difícil, lo sabía. Pero por primera vez en mucho tiempo, sentí que tal vez, solo tal vez, podría lograrlo.
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El Precio de las cicatrices
FanficBienvenido a un mundo donde el poder define el valor de una persona. En este universo, Kaomi nació sin un don, en una sociedad que celebra la fuerza y el heroísmo. Desde pequeña, sus sueños de ser una heroína se vieron aplastados por la cruel realid...