Capítulo 12: Canto a la hoguera, parte 2

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El aire comprimió sus pulmones.

— Qué carajo...

Árboles cortados, y troncos gruesos tendidos sobre la miseria, generaban una impresión escalofriante.

No.

En realidad, lo tétrico era el cuerpo sin vida sobre la nieve, donde una cabeza había rodado hacia abajo, exhibiendo un par de ojos sin anhelo, apuntando hacia un sendero abandonado, en el que parecía que las almas se perdían junto a la niebla de escarcha.

¿Qué es lo que había sucedido?

Los jóvenes habían estado corriendo por el bosque riéndose y retándose entre ellos. Léi Huālín le había dicho a Shěn Xuěpíng que avanzara con sus manos. Shěn Xuěpíng le había dicho a Léi Huālín que se sostuviera cabeza abajo más de un minuto, y Fú Nán le había pedido a Yán Yǒngzhōng que le enseñara a soltar Cuchillas de Energía. Después de eso, todos se pusieron a hacer lo mismo con los árboles de paso.

Estaban seguros de que ninguno tenía el talento como para cortar una cabeza, con las justas habían generado cortes profundos en los troncos.

Al otro lado de la escena, se encontraban Léi Xuěwēi y Sīkòu Fēng, abrumados. Su respiración era acelerada; el halito de sus bocas lo demostraba. Lucían nerviosos. Léi Xuěwēi miró a Sīkòu Fēng, acercándose al cadáver, arrecio. Poco a poco, sus ojos se posicionaron en el otro grupo de jóvenes, como si ellos fuesen los responsables, aunque sus ojos aún acumulaban desconcierto.

Léi Xuěwēi y Sīkòu Fēng no salían de su inquietud, también habían estado jugando con las Cuchillas de Energía. Prueba de ello eran los árboles en su dirección.

La duda quedó en el aire. ¿Quién le había cortado la cabeza al joven que yacía sobre la pureza del invierno?

Solo en eso, llegó Léi Yǒnghuā junto a Douman Wénrú, quienes salieron a un recorrido en caballo. Una excusa, dicho de otra forma, Léi Yǒnghuā había notado la ausencia de su hermano, y, preocupado, se precipitó a ir por él.

Un escándalo se produjo esa tarde, a plena luz del día. El fallecido era hijo del señor Chén, dueño de la tienda de arquería. El hombre tuvo en cuenta su cruce con Léi Huālín. Lo acusó a él y al resto de la muerte de su hijo. Una polémica se levantó.

— ¿Esto es enserio? —cuestionó Léi Huālín. Se encontraba sentado al otro lado del salón, donde la sombra del dormitorio lo cubría. Sus ojos eran de disgusto y arrogancia. Su mentón estaba dignamente levantado como siempre—. No quiero sonar descarado. Jiùjiu, ¿acaso entreno a diario? ¿No menciona seguido que pongo excusas para holgazanear? ¿Cómo podría tener la fuerza como para cortarle la cabeza a alguien? Nuestro invitado, Douman Wénrú, asegura que es un corte limpio. ¿Cuándo he sido yo talento de dicho logro? Siempre me regaña por no ser como Léi Yǒnghuā —declaró, descarado y sin vergüenza—. ¿Y acusar a Shěn Xuěpíng?, eso debería ser irracional, él es peor que yo en habilidades. Y ¿cómo podría ser Fú Nán o Yán Yǒngzhōng siendo sirvientes? ¿Acaso tienen tiempo? Yo siempre los veo trapeando dormitorios ¿Cuántas veces los ha visto libres este año? Entiendo que el señor Chén se sienta confundido por perder a su hijo, pero no consiento que usted, Jiùjiu, estando en sus facultades, dude de mí, así como el resto. Harían bien en escrutarse el rostro con esas expresiones, es el mismo gesto de alguien dándose cuenta de que tiene poros abiertos. ¡Y sí los tienen¡ Fú Nán y Yán Yǒngzhōng... —murmuró, mofándose—, ¿habrán utilizado la postura del Trapeador Mojado para matar a alguien?

— ¡Basta! —gritó Léi Yǒnghuā, molesto— ¿Quién te ha educado para que seas tan malcriado? ¿Tienes que comportante de esta forma todos los días?

Misticismo PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora