Shěn Xuěpíng se aferró tanto a la espalda de Léi Huālín que ambos aún seguían pegados.
En Noddon, existía una mariposa llamada Ojos de Tiniebla. Su tamaño era de veinte centímetros; corpulenta. De su tórax, se abría una boca en vertical, expulsaba un pesticida al sentirse amenazada; era una cavidad destinada a amasar sus alimentos. Aunque no solía consumir carne, siendo considerada una especie inofensiva, poseía una extraña adicción a la sangre si la advertía. Su abdomen era solido como la de una langosta, decorada con púas, las cuales estaban tendidas como un maizal tras una ráfaga. Sus alas poseían en total cuatro ojos escalofriantes que se movían desenfrenadamente y escrutaban una vidriosa humedad.
Un enjambre de Ojos de Tiniebla estaba dando un recorrido, los caballos se habían espantado al verlas.
¡¿Era el día de palidecer o qué?!
Léi Huālín y Shěn Xuěpíng se abrazaron atemorizados, mientras que los otros tres quedaron completamente inmóviles, camuflándose entre la nieve. Los corceles habían echado a correr hace mucho.
— La dejé calva —murmuró Léi Huālín. Se incorporó. En su mano, sostenía un mechón de la cabellera de la yegua—. Méi Guī se verá fea desde ahora.
Shěn Xuěpíng ayudó a Yán Yǒngzhōng, se dirigió corriendo hacia él.
— ¿Qué era lo que planeabas? —le increpó— ¿Qué hacías arrodillado?
Luego de que Léi Huālín le ordenara a Shěn Xuěpíng desmayarse, Léi Yǒnghuā envió a Yán Yǒngzhōng y a Fú Nán en busca de Hú Róu para que lo atendiera.
La declaración de sirvientes y la de un estudiante de ultimo nivel era insignificante al lado del testimonio de los apellidados Léi. Sus ausencias no serían notadas y sus presencias en el Gran Salón serían inoportunas. Solo se requeriría de ellos, y se los entrevistaría en privado, si en caso sus informes fueran a favor de los sospechosos.
Fú Nán desapareció sin decir nada, y Yán Yǒngzhōng se quedó apoyando a Hú Róu. La dama preparó una pócima para atenuar la intoxicación. Posteriormente, proporcionó el mismo remedio a Léi Huālín antes de ser expuesto al escriba y al consejero legal.
En un momento, Yán Yǒngzhōng se retiró con el permiso de Hú Róu. Su timbre de voz preocupó a Shěn Xuěpíng, quién fingió recobrar consciencia y salió corriendo, pero había perdido su rastro. Se tropezó con Sīkòu Fēng sondeando las áreas. Soldados lo perseguían, al parecer, Tàishǐ Suìliáng, un funcionario, lo había enviado a buscar.
— Yán Míng, ¿tú...?
Sīkòu Fēng le golpeó la espalda y apuntó con su mentón hacia el frente. Todos se callaron.
Al otro lado, donde los pinos rojos se encontraban y formaban una peculiar división, Léi Xìnjiān apuntaba con su espada a Huángfǔ Jiānwú.
«Casa Léi contra casa Huángfǔ. Las ánimas festejan», pensó Léi Huālín.
Huángfǔ Jiānwú era hijo de una extranjera. Poseía una mandíbula marcada, lo que le brindaba un aspecto masculino y fuerte a sus dieciséis años, haciéndolo lucir de casi veinte; tras sus facciones angulosas y la simetría de sus proporciones, sus finos y definidos labios, acompañados de un par de intensos ojos cafés, se escondía un chico que, por el giro inesperado de su caza, terminó envuelto en un desempatico encuentro contra sus enemigos de herencia.
Léi Xìnjiān transmitía, en solo una mirada, un brillo natural que envolvía la inocencia. A menudo, las mujeres lo describían como atractivo y de ojos misteriosos; al verlo, se sentían sumergidas a una intensidad emocional que aceleraba sus corazones. Su rostro era delgado, con pómulos altos. Sus pestañas estaban cubiertas de nieve, y lucían firmes como las colinas, así como su mandíbula angulosa.
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Misticismo Perdido
FantasyZhi Yue y Kiriya se conocen de una forma poco convencional en Snepden. Tras conectar en algunos asuntos, ambos comparten una larga aventura en la que construyen un camino hacia la felicidad, descubriéndose en medio del caos, la soledad, la tristeza...