Capítulo 17

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E

sa noche, los cinco estaban reunidos en la habitación de Sirius. Aunque el ambiente era tranquilo, había una seriedad palpable que pesaba sobre todos. Las conversaciones ligeras de otros días parecían haberse desvanecido, reemplazadas por una tensión silenciosa.

- ¿Qué te pasa, Corazón? - preguntó Adhara, su voz teñida de preocupación mientras tomaba la mano de Sirius -. Te noto decaído... Además, faltan Dylan y Amber. ¿Qué está pasando?

Sirius, que hasta entonces había estado en silencio, se volvió hacia ella. Su mirada era distante, pero cuando sus ojos se posaron en los de Adhara, hubo una chispa de ternura. Acarició suavemente su mejilla, sus dedos trazando un rastro cálido sobre su piel. Aunque parecía perdido en sus pensamientos, la miraba con tanto amor y devoción que Adhara sintió un leve temblor en las piernas, como si el peso de su afecto fuera más de lo que podía soportar.

- La situación no es buena, bonita - dijo con voz baja, pero cargada de emociones.

El silencio se apoderó de la habitación por un momento, hasta que fue Evelyn quien rompió la quietud. Con una calma casi inquietante, ella les explicó todo, detallando la gravedad de lo que sucedía. Sus palabras cayeron como piedras, dejando a los demás sin aliento, sus mentes intentando procesar lo que acababan de escuchar.

La tensión en la habitación se hizo aún más intensa cuando la puerta se abrió y entró el padre de Sirius, Orion Black. Su presencia siempre imponía, y esta vez no fue la excepción. Sin rodeos, les informó:

- Deben ir al lugar donde está Dylan.

Jasper frunció el ceño, confuso.

- ¿No está en la enfermería?

Evelyn intervino antes de que Orion pudiera responder.

- No, lo hemos trasladado a una habitación secreta en Slytherin, un lugar al que solo nosotros podemos acceder, gracias al apoyo del señor Black y... bueno, del castillo mismo.

- Ya veo... - respondió Jasper, asintiendo ligeramente - Gracias, Evelyn.

- De nada.

Adhara, siempre rápida en actuar, se acercó a uno de los guardias que estaba fuera de la habitación y le dio instrucciones claras.

- No digan nada. Simulen que ya estamos de regreso y mantengan la puerta de mi habitación custodiada.

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