"El Largo Camino Hacía La Felicidad".

"Epílogo".

Han pasado cinco años desde que Maya y yo nos casamos en un lugar precioso, rodeado de palmeras y con vista al mar.

La playa de arena blanca y aguas cristalinas fue el escenario perfecto para nuestro día especial.

Alex, nuestro pequeño hijo, fue el padrino de honor y nos acompañó en el altar.

Recuerdo que el sol brillaba con fuerza, pero no tanto como la felicidad que sentíamos en ese momento. Nuestros amigos y familiares nos rodeaban, sonriendo y llorando de emoción.

La ceremonia fue íntima y emocionante y cuando pronunciamos nuestros votos, sentí que nuestro amor se sellaba para siempre.

Después de la boda, nos fuimos de luna de miel a un lugar paradisíaco, donde pasamos días de ensueño. Y cuando regresamos, empezamos a construir nuestra vida juntos en Miami.

Mi consulta de psicología ha prosperado y he podido ayudar a muchas personas a encontrar la paz y la felicidad.

Jamie ha expandido su empresa y ha logrado sus sueños.

Juntas con el pequeño Alex, hemos viajado por el mundo, explorando nuevos lugares y experiencias, pero siempre regresamos a nuestra playa favorita, donde nos casamos.

Hoy, mientras miramos el atardecer juntos, mano a mano, sé que nuestro amor es eterno. Ha superado todas las pruebas y ha demostrado ser la fuerza más poderosa de nuestra vida.

Te amo-le digo a Jamie, mirándola a los ojos.

Te amo-responde, sonriendo.

Y en ese momento, Jamie me toma la mano y me dice:

Maya, tengo una sorpresa para ti. Después de meses de tratamientos de fertilización in vitro con donante de esperma, estoy embarazada.

Me quedo sin aliento, emocionada y feliz.

¿De verdad?-pregunto, con lágrimas en los ojos.

Jamie asiente, sonriendo.

Sí, mi amor. Vamos a tener otro bebé. Nuestra familia va a crecer.

Llamamos a Alex y le decimos:

Alex, vas a tener un hermano o una hermana.

Alex sonríe y nos abraza.

¡Estoy tan feliz!-exclama.

Y en ese momento, los tres estamos juntos, abrazados, sabiendo que nuestro amor es el más fuerte del mundo.