—¿Amor?
Tomás entró a la habitación después de darse una merecida ducha, observando a su pequeño recostado de costado, mirando al diminuto Ian durmiendo en la cuna al lado de su cama.
Sí, al final, después de tanta crisis sobre el nombre, su pequeño nacido un seis de diciembre obtuvo el nombre de Ian. fue una crisis total y llena de conflictos, nadie aceptaba ningún nombre hasta que Iván soltó un maullido, “Ian” suena muy parecido a los ligeros “Nhya” que liberaba el minino de vez en cuando, por ello la idea surgió en base a eso y la tomaron; además el nombre provenía del hebrero y significaba “Aquel dado por el señor” quizás no valía mucho creer en Dios en aquellas épocas, pero el nacimiento de Ian fue un milagro y a alguien había que agradecerle, claro, aparte de Iván.
Ian nació con orejitas y una cola que se fue haciendo más larga con el pasar de los días. Llevaba una semana exacta de vida, y ahora contaba con una fina, delgada y larga cola de color pelicafé, casi negro, al igual que sus pequeños cabellitos y unas poco visibles orejitas en la parte superior de su cabeza, del mismo café semi-oscuro.
Tomás no podía expresar lo que sintió cuando Vicky le confirmó que su hijo tenía los genes felinos, al igual que Iván. Él solo sonrió en el momento en que todos lo observaron, pero una parte de su corazón se sintió asustado, temía que las cosas no salieran bien si alguna vez se le ocurría salir a la calle con lo que sería conocido como el primer bebé con genes felinos existente en el mundo, eso no podía significar algo bueno, sin embargo, trataba de no quejarse cuando los preciosos ojos marrones de Ian lo observaban. Sí, sacó los ojos de Tomás y según su madre le había dicho, pronto también tendría los rizos de Iván en esa cabellera negra.
¿Por qué negro? Bueno, no entendía, pero al investigar un poco, descubrió que la mayoría de bebés nacientes de pelicafés, pasaban sus primeros días siendo negro, eso hasta cierta edad que el cabello conseguía tener el tono de alguno de sus dos progenitores. En fin, su pequeño hijo era el niño más hermoso existente. Iván y él no podían estar más orgullosos.
—Tomi. —Iván le sonrió y estiró sus manitos hacía Tomás cuando lo vio por fin en la habitación. Ellos se habían vuelto mucho más unidos en ese tiempo, mejor aun considerando que la mayor parte del día ninguno salía de la habitación porque no deseaban dejar al pequeño Ian solo.
Tomás le mostró una amorosa sonrisa a su minino antes de acercarse y besarle el rostro. Escuchándolo ronronear, atrapó sus labios en un tierno besito, tumbando por completo el delicado cuerpo de su bebé, colocándose sobre él.
Según tenía entendido, el tiempo normal para que el cuerpo de Iván esté completamente recuperado, eran cuarenta días, pero al no ser completamente normal el origen de esa operación, ni Vicky ni nadie sabía a ciencia cierta cuál era la velocidad con la que las células de Iván se regeneraban, así que le dijeron a Tomás que apenas su pequeño se sintiera bien, que iniciara con sus actividades normales, aunque definitivamente deberían de estar al menos por dos semanas sin sexo.
Eso según lo que Eliza le obligó a Vicky a decirle, porque para ella no era un secreto la muy viva vida sexual que tenía su hijo con Iván.
Suspiró cuando sus labios se separaron de los del minino, en un húmedo sonido que los hizo reír a ambos. Tomás observó los hermosos ojos de Iván, pensando que cada que esos preciosos ónix lo observaban, él terminaba mucho más enamorado. Si es que era posible no haber llegado al tope desde su primer beso.
—Estuve hablando con mi padre, ¿Sabes? —Iván meneó sus orejitas, escuchando atentamente—. Sí, al final sí está vivo. —Bromeo—. Él sabe más de procesos legales y esas cosas, supongo. Creo que si todo sale bien, o como él me ha dicho, puedo iniciar con los trámites para ponerte un apellido, ¿Qué opinas?
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𝐍𝐄𝐊𝐎 𝐂𝐎𝐑𝐏𝐎𝐑𝐀𝐓𝐈𝐎𝐍 ── Spreen and Robleis
FanfictionNeko significa gato. Neko corporation es una organización creadora de los mejores juguetes sexuales del mundo, pero una vez todo se vino abajo, todos creyeron acabado el martirio del nivel tan raro que estaban tomando los experimentos. Tomás Arbilla...